Iguazú en familia.

Buenas, bienvenidos nuevamente. En esta oportunidad quiero contarles del viaje que realicé a Iguazú (y otras ciudades cercanas) con mi familia en el mes de mayo de 2024. El motivo era el cumpleaños número 70 de mi abuela, asique el grupo consistía de ella, sus 2 hijas y yernos, 5 nietos, la pareja de una nieta y su hija.

Nota antes de empezar: Decidí incluir algunos precios pero recuerden el detalle que las tarifas son del mes de mayo (algunas incluso con descuentos por grupo).

Planificación

En nuestro grupo teníamos heterogeneidad de edades y, por lo tanto, intereses. Si bien el destino nunca estuvo en discusión, si podían llegar a presentarse problemas a la hora de elegir qué hacer allá, qué tipo de movilidad elegir, el ritmo de las actividades y el tiempo de descanso. La solución a esos problemas la encontramos contratando un paquete de 7 días y 4 noches en una agencia de viaje (que, además, nos permitió ir pagándolo durante el verano con el contexto de incertidumbre económica de esos meses de cambio de gobierno).

Yo ya conocía Iguazú y sabía que 4 noches es la duración ideal de un viaje a este destino (quizás 5), y desde el primer momento la agencia se mostró abierta a resolver todas nuestras dudas.

Algunos días antes de partir, Matías (nuestro coordinador) se puso en contacto con nosotros para informarnos con exactitud el punto de partida y horario, así como el cronograma de las excursiones.

Día 1: ruta

Salimos de la Terminal de Ómnibus de Mar del Plata un domingo a media mañana después de que Mati verificara nuestros vouchers y los permisos de viaje de los menores de edad*. Éramos un grupo de 21 por lo que, al no completar el colectivo, la empresa tuvo la amabilidad de enviar un coche cama (en vez del semi-cama que habíamos contratado). Las paradas fueron en Minotauro (Castelli, Buenos Aires) para almorzar, Gualeguaychú para merendar y Don Chacha (Federación, Entre Ríos) para la cena. Los precios de la gastronomía en paradores de ruta son siempre más elevados que lo normal, por lo que vayan preparados (ya sea con un extra de plata, o cargando algo de comida para el primer tramo y mucho mate). Quiero destacar la comida de Don Chacha, con platos ricos y abundantes (que son incluso para compartir).

* En caso de viajar con ambos padres, los menores de edad solo necesitan la Partida de Nacimiento (para las actividades que requieran salir del país). En caso de viajar con uno solo, necesitan un permiso de viaje firmado por el padre/la madre que no viaje, y un permiso extra para poder salir del país.

Día 2: más ruta, San Ignacio, Wanda y llegada a Iguazú

Llegamos bien temprano a la ciudad de San Ignacio. Lamentablemente, las lluvias no permitieron que hagamos el paseo por las Ruinas Jesuíticas asique solo utilizamos la parada en la ciudad para desayunar (de todos modos, al final del texto les dejo una pequeña reseña de la ciudad de un viaje anterior mío).

Seguimos camino rumbo a la ciudad de Wanda. Este tramo de aproximadamente 3 horas les sugiero sentarse del lado de la ventana, ya que es una ruta realmente hermosa donde nos empezamos a adentrar en la selva paranaense (aunque aparece de a parches entre los campos sembrados de pino para aserraderos y yerba mate).

La ciudad de Wanda tiene su escaso desarrollo turístico centrado en las minas de piedras semipreciosas sobre el Río Paraná, por eso es un destino para hacer de camino a Iguazú. Nosotros hicimos el tour con la empresa Minas de Wanda Tierras Coloradas (el ingreso cuesta $2.500 y el guía cobra a voluntad, por lo menos a los grupos). El tour consistió en el ingreso a las minas (con el equipamiento de seguridad), donde nos mostraron las piedras que se extraen en la zona (cuarzo blanco, amatista lavanda e imperial, entre otras), luego pasamos por el taller donde las trabajan, un sector de cantera a cielo abierto y la tienda. Un rato más tarde almorzamos en un tenedor libre a la salida de la ciudad y seguimos nuestro camino a Iguazú.

Llegamos cerca de las 15.30 al Hotel Carmen (https://maps.app.goo.gl/s2W4zRrtgzEe9FCR8), donde ya tenían nuestros datos por viajar en contingente, y subimos directamente a nuestras habitaciones. El hotel es un 3 estrellas con pileta descubierta, cuentan con algunos juegos de mesa y brindan el servicio de media pensión. El desayuno es continental, centrado principalmente en platos dulces, y está permitido repetir tantas veces como uno quiera. En la cena nos encontramos con tres islas de comida: Una de platos fríos, una de calientes y otra de postres - que además iban variando día a día.

La última actividad que hicimos este día fue al atardecer, donde fuimos al Hito de las Tres Fronteras a tomar algunas fotos y disfrutar del hermoso paisaje que ofrece la desembocadura del Río Iguazú en el Paraná. Esta actividad nos permitió además pasar por los primeros puestos de regalería (consejo: no compren regalos en los primeros lugares, van a encontrar siempre mejores precios) y contextualizar la cercanía con Brasil (cruzando el Iguazú) y Paraguay (cruzando el Paraná), clave para entender muchos aspectos de la cultura de Puerto Iguazú.

Día 3: Ciudad del Este, Jungle Fly y Bar de Hielo

Este día nos levantamos a las 6am, desayunamos y partimos hacia Ciudad del Este. Como no hay puente directo entre Argentina y Paraguay (en la zona de Iguazú), el trayecto por tierra incluye una pequeña visita a Brasil. Aconsejo salir muy temprano ya que hay que atravesar dos aduanas, que trabajan rápidamente pero el tránsito es considerable.

Ciudad del Este es una localidad cercana a la triple frontera que vive netamente del comercio. Nosotros la visitamos un día festivo en Paraguay, por lo que el movimiento de gente era mucho menor a lo normal. Aún así, no lo puedo comparar con alguna otra experiencia de compras. En la calle te ofrecen todo tipo de cosas a precios insólitos: principalmente vestimenta, también llegué a observar muchos puestos de comida y mucho equipo electrónico. En cuanto a los locales, la mayoría son directamente a la calle o en pequeños puestos totalmente colapsados de mercadería. Sin embargo, hay algunos shoppings (Tropic, Monalisa, Madrid, Cellshop, Cherson) bastante grandes - que es a donde aconsejo ir para comprar todo lo electrónico.

La franquicia de compra permitida por la Aduana Argentina es de USD 300 y un celular por persona (cualquier exceso a ese monto, se cobra una multa del 50% del valor excedido). Al ir en grupo, estos trámites fueron realmente ágiles. Solo subieron de AFIP a la combi a corroborar nuestras identidades y verificar las compras del grupo en conjunto.

Volvimos al hotel para almorzar y al rato salimos para la experiencia Jungle Fly. Esta es una actividad de turismo aventura que se lleva a cabo en una Reserva Privada cercana a Puerto Iguazú. Acá disfrutamos de un paseo por la selva de aproximadamente 2 horas que incluía dos tirolesas, pasar por dos puentes colgantes, y finalizaba con un rappel por una cascada. Para Jungle Fly tengan en cuenta que para alguien en buena forma física será un tramo liviano, ya que está pensado en ser una actividad que puedan realizar las familias completas.

Volvimos antes de que baje el sol directo al hotel, nos pegamos una ducha y fuimos al Bar del Hielo. Esta es la única excursión que decidí no hacer pero les dejo una pequeña descripción para quien le interese ir: Al llegar, les van a dar equipamiento (un sobretodo) para frío y una pequeña charla introductoria en una sala que está apenas arriba de los 0°C (que de paso se usa para que se aclimate el cuerpo). Luego se ingresa al Bar, un lugar en que los mayores van a poder disfrutar de una barra libre servida en vasos íntegramente hechos en hielo. La temperatura para poder hacer esto es lógicamente bajo cero, por lo que recomiendo ir con buen abrigo (especialmente calzado, bufanda, gorro y guantes) para complementar lo que ofrece el lugar. En este espacio van a permanecer entre 10 y 15 minutos, ya que una exposición prolongada podría ser perjudicial para la salud, y además de la bebida van a poder bailar (a moverse un poco para entrar en calor).

Así terminó nuestro tercer día, y a la cama temprano (no sin antes ganarle al truco a mis primos) que el cuarto tenía la visita más esperada.

Día 4: Parque Nacional Iguazú y Free Shop

Este día arrancó con el desayuno y salimos hacia el Parque Nacional Iguazú alrededor de las 7.15. El PN requiere que para los ingresos grupales se contrate obligatoriamente un guía, que no es requisito para los ingresos individuales. Mi recomendación: Vayan una vez con guía y, si tienen un día extra, vuelvan para explorar todos los rincones del Parque.

En nuestro viaje, tuvimos la suerte de ingresar en uno de los primeros turnos (y además ya teníamos la entrada comprada previamente por la Web), lo que nos dió 2 ventajas:

1. Menos gente en el ingreso y los primeros circuitos

2. El guía aun no estaba en el Parque, por lo que lo llevamos en nuestro colectivo y nos dió una charla introductoria en el camino más que interesante sobre el ambiente de la región

Una vez adentro, fuimos en el tren ecológico hasta la Estación Cataratas (la primera de las dos) y partimos hacia los Circuitos Superior e Inferior. Desafortunadamente, al momento de viajar aun no se encontraba habilitada la pasarela de la Garganta del Diablo, el ícono del lugar.

En el Circuito Superior se puede observar el espectáculo de ver las principales caídas de agua de frente, mientras caminamos a pocos metros sobre caídas secundarias. Tuvimos la fortuna de ver varios bensejos de cascada (el símbolo del PN y el único ave de su especie que anida directamente en las paredes de las cataratas).

En el circuito Inferior se vive la experiencia de las cataratas. El "sentirte chiquito" frente a la magnitud de las distintas caídas, a pesar de no poder transitar los saltos más caudalosos (sobre el final del recorrido, la pasarela se encuentra cerrada por unos pocos metros debido a un desprendimiento de la base basáltica sobre la que está emplazada). Ambos tramos son livianos, pero si no están acostumbrados a la actividad física van a empezar a cansarse sobre el final del segundo (no tiene grandes dificultades de terreno pero van a empezar a sumar algunos kilómetros de caminata en un ambiente húmedo y, muchas veces, caluroso).

Como yo ya conocía el PN y aun no estaba totalmente acalambrado, decidí ir a recorrer otras áreas en el tiempo que nos dieron para almorzar (y que además nos sobraba al no poder hacer el circuito de la Garganta del Diablo). Les dejo los tres que más me llamaron la atención.

• Viejo Hotel Cataratas: Es donde estaba emplazado el antiguo hotel que operaba dentro del PN (hoy está a pocos metros pero más retirado del circuito transitado por los turistas no alojados dentro del Parque). Descuidado por un tiempo, se está trabajando en una puesta en valor para que sea otro espacio a visitar. Ya tiene un pequeño museo con una muestra basada en la cultura guaraní y fue declarado Patrimonio del Parque Nacional.

• Territorio Yaguareté: Es un espacio dedicado a la educación sobre la importancia del Yaguareté en el ecosistema regional y los distintos proyectos que se están llevando a cabo para su conservación. Las gráficas de ingreso tienen una tonalidad infantil pero lo cierto es que la información que se brinda es para todas las edades.

• Puestos de venta de artesanías: Los van a ver al ingresar, pero no quería dejar de destacarlos ya que es una pequeña muestra de lo que puede generar un Parque Nacional en beneficio de la población local. Aquí, distintas comunidades guaraníes tienen su espacio de venta de artesanías, a través de las cuales generan un ingreso económico que les llega sin intermediarios a sus casas.

Después de este rato para almorzar (en el que pude recorrer tantos lugares porque me llevé frutos secos y alguna mandarina) tocó salir del Parque directo hacia el Free Shop. Este es un espacio franco entre las aduanas de Argentina y Brasil (o sea, salen de Argentina pero entran a un shopping en vez de otro país). Acá el sistema de franquicia funciona de manera similar a cuando salís para Ciudad del Este, con dos pequeñas diferencias. Primero, el monto es de USD 500 en total, independientemente de qué compremos. Segundo, acá nos va a convenir siempre pagar en pesos, ya que todo se muestra a precio dólar oficial. En mi caso aproveché para comprar algún que otro regalo que me faltara, un perfume y ropa, pagando todo con QR de Mercado Pago. A la vuelta la aduana realizó el mismo control que cuando volves del exterior y volvimos al hotel a cenar y seguir ganando en el truco.

Día 5: visita a Comunidad Yryapú, Güirá Oga y catamarán por el Río Iguazú y Paraná

El quinto día arrancamos con la mañana libre, asique aprovechamos para visitar una comunidad guaraní dentro de la Reserva Iriapú. Este es un espacio verde de 600 hectáreas entre el Parque Nacional y la ciudad de Puerto Iguazú que actúa como zona de transición entre ambos ambientes. De acuerdo a la información que recibimos de parte del guía (un miembro de la Comunidad Yryapú), de las 600has tan solo 270 fueron escrituradas a nombre de las comunidades y las 330 restantes para hoteles (algunos de los más lujosos se encuentran en esta zona).

En la Comunidad visitada viven aproximadamente 160 familias con 5/6 miembros por grupo familiar, cuentan con escuelas primaria y secundaria bilingües español/guaraní y una escuela de turismo, donde profesionales forman a miembros de la comunidad para poder llevar a cabo las guiadas a los visitantes (esta última información actualizada a mi visita de 2022, pero me gustaría creer que sigue funcionando). Decidí volver a visitar este espacio ya que me pareció uno de los lugares donde se da un encuentro cultural genuino y se puede escuchar la opinión de la población local que no está 100% abocada al turismo. Lo único que me apena es la poca difusión que encontré para estos proyectos en los sitios municipal y provincial.

A la tarde fuimos a visitar Güirá Oga: un espacio que abrió en 1997 con fines asociados a la recuperación y liberación de animales salvajes que por distintas razones no pudieran vivir en su hábitat natural (muchos son ejemplares recuperados del tráfico que solo necesitan recuperación física, mientras que otros son animales domesticados que perdieron sus conductas naturales). En Gúirá Oga van a encontrar algunos espacios que les van a recordar a zoológicos tradicionales, con animales enjaulados para que el turista pase y los mire. En lo personal, adhiero a la justificación que nos dieron durante la guiada: solo quedan en contacto con el turista aquellos que no pueden vivir en libertad, y las visitas de los turistas para ver esos animales son las que financian gran parte del proyecto en general. Los animales que si se pueden liberar nuevamente se mantienen alejados del contacto humano, para luego ser introducidos en distintas Áreas Protegidas (con la cercana Isla Palacio utilizada como espacio de pre liberación).

Finalmente, cerramos el día con una excursión en catamaran. Nos recibieron en un pequeño muelle sobre el Río Iguazú y antes de embarcar nos convidaron un (muy rico) gin macerado en yerba mate. Una vez arriba, partimos río abajo hacia la unión con el Río Paraná. En el punto en que se juntan los ríos, es interesante ver el agua de dos colores (cuando fuimos, el Iguazú todavía estaba bajando mucha tierra colorada por las inundaciones en Brasil, muy sufridas en Rio Grande do Sul). Toda la navegación ofrece vistas hermosas de las costas argentinas, brasileras y paraguayas. Además, adentro de la cabina hay shows artísticos (elegí no entrar ya que estaba embobado con las luces del atardecer sobre el río y los márgenes). El recorrido total es de aproximadamente 2 horas, contando el proceso de embarque y desembarque.

Día 6: vuelta

Llegó el día de volver a casa y nos volvió a tocar una lluvia torrencial. Después de desayunar en el hotel, cargamos los termos e hicimos el Check Out. Fuimos nuevamente hacia San Ignacio, que terminó por ser una parada breve a almorzar (el plan original era recorrer las Ruinas, pero el clima estaba todavía peor que el primer día).

No tengo mucho que comentar sobre la vuelta porque la verdad es que me dormí todo. Paramos en Paso de los Libres a merendar, Don Chacha para cenar, y desde ahí aprovechamos la noche para pegarle derecho a MdP, llegando a media mañana. Así finalizó un viaje realmente hermoso, que cumplió largamente con las expectativas que tenía de un lugar que ya conocía. Abajo dejo dos menciones sobre San Ignacio, que me pareció una ciudad muy linda la vez anterior que fui y no quería dejarla afuera por haber tenido mala suerte con el clima en este viaje.

¿Qué hacer en San Ignacio?

Como lo dije más arriba, esta ciudad era una parada premeditada que no pudimos disfrutar pero merece la pena que le dediquen una jornada.

El lugar obvio a visitar son las Ruinas, no voy a aburrirlos repitiendo cosas que pueden encontrar en Internet. Es un lugar histórico súper interesante que les va a ayudar a dimensionar algunas cuestiones del colonialismo en la región.

La parada que quiero destacar, un poco alejada de las Ruinas y no muy señalizada, es la Casa Museo Horacio Quiroga (https://maps.app.goo.gl/xJUSrCifQeKQMGFM9). No solo van a profundizar en algunas cuestiones culturales guaraníes, sino que van a poder apreciar el lugar donde el autor vivió rodeado de naturaleza. Es fácil llegar (preferentemente con vehículo, pero a pesar del calor y la humedad se puede hacer caminando) y, desde mi punto de vista, es el mejor lugar para observar la selva paranaense en la zona.

Con esto cierro esta entrada que tanto tiempo postergué, no sin antes agradecer:

A mi familia, por estar siempre y ser parte de un viaje hermoso

A Euge, por la revisión de lectura y el apoyo desde el primer momento

A Fran, por insistir en empezar con este proyecto y la paciencia