Busco la soledad y el silencio
Pero esta casa de pasillos y habitaciones pequeñas, de tetris de muebles juntando tierra y bicho.
El sonido voraz de tus gritos por la casa, de las puertas reventadas, de maderas astilladas.
Se escuchan los susurros de una boca sin dientes, sus esquirlas salpican las baldosas.
En las noches los susurros son gritos y las esquirlas vidrios rotos.
Dos perras ladran incansablemente todas las noches.
En la casa de lado ya no se escuchan los crujidos de la escalera.
No hay muebles ni nada.
Una puerta se azota justo del lado opuesto donde descansa mi cama.
La puerta se azota y nadie la cierra, se azota y nadie la escucha.
Yo la escucho, y lloro.
Pero las luces estan apagadas.
Y esa puerta que se azota y me atormenta.
Entonces esta cama vieja y llena de polvo,
que se hunde con mi peso y lo hace suyo, me desata.
Y busco desesperadamente otra cama,
que me saque de estás paredes que oxígenan a medias
de este cuerpo de humedad y recovecos.

Candela
¿Quién soy yo? En este mundo donde siempre termino escribiendo lo mismo. Dónde el texto necesita de mi Y yo de él.
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