Hoyuelos

¿Qué tiene esa mujer que todos y cada uno voltean a verla?
¿Qué tiene esa mujer que, ya sea mucho o poco tiempo, siempre tiene a alguien loco por ella?

¿Son sus hermosos ojos como la luna y las estrellas, o seguramente la forma en la que arruga la nariz de forma tan encantadora?
Seguramente es esa bella sonrisa, adornada con unos tiernos hoyuelos de muñeca.

Su cabello, negro como la noche, se complementa con el brillo de su belleza, que te deja encandilado cual sol brillante.

¿Por qué todos se fijan o se han fijado en ella?
¿Por qué todos se vuelven locos al verla sin siquiera conocerla?
Me hace sentir invisible, como una patata cualquiera llena de imperfecciones.

Su sol es por su brillante belleza; mi sol es por mi agotadora intensidad, que a cualquiera ha llegado a molestar.
A veces quisiera ser como ella; no tendría problema en amarme tal cual soy. Si me viera al espejo, dejaría de sentirme insegura.

¿Por qué le causa tantos problemas a todos?
A los hombres los deja traumados sin siquiera mirarlos, y a las mujeres nos hace desear ser una copia suya porque, alguna vez, alguien a quien amamos la amó primero.

Me parte el alma pensar cómo él, mi él, y todos los demás lloraron por no poder tenerla, igual que un diamante en una vitrina que nadie puede dejar de ver y todos quieren tener.

Incluso ellos saben que todos han caído delante de esa sonrisa y de esos ojos brillantes como estelas; son conscientes de que no hay hombre capaz de ignorar esa nariz arrugadita y esos hoyuelos enternecedores.

¿Qué soy yo entonces?
Soy el segundo plato en la mesa. Las dos miramos el mismo sol, pero el sol solo brilla a su favor.
El sol la ilumina y la luna la complementa, porque ella es tan bella que todo el espacio se inclina ante ella.