Hoy soñé contigo.

Hoy soñé contigo. Recuerdo a la perfección cada detalle: Nuestro grupo, al completo, disfrutaba genuinamente en la piscina. Siento en el presente la calidez del agua sobre nuestros cuerpos. Es un escenario que, antaño, era cotidiano en los días calurosos de verano. Si he de hablar de sensaciones, entonces, hablaré de la felicidad que embargó a mi corazón durante dicho sueño, pues, fue tal la dicha que cuando desperté lo que pude sentir fue una sensación amarga, triste y compungida, sentí un vacío en el pecho tan brutal como lo es la oscuridad de la noche en mitad de un inhóspito paisaje; sin embargo, a pesar de la melancolía, pude encontrarte una vez más en mis recuerdos somnolientos y ansiosos por hablar contigo. Y lo hice, quizás por última vez o simplemente sea el comienzo de una rutina insana dónde permanecerás, cruelmente, golpeando mi inconsciente y haciéndolo pasar como real. En el fondo sé que nada de esto se mantendrá y caerá como lo hizo la Torre de Babel, esparciendo este sueño mío a través del sistema nervioso, clavándose así en mis afectos, causando en la locura mía un leve conflicto dónde la pasión y el dolor se abrazarán con dulzura.