Homínidos.

Esto que ahora publico nació de un entretenimiento maño-alcarreño. Una muestra de lo que puede surgir de la colaboración entre los pueblos.

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Postre casero.

El mono se pone un mono. Le gusta vestirse de forma adecuada para cada ocasión. Cambiar un retrete merece ese indumento.

Es curioso el devenir, sobre todo cuando a uno no le quedan sitios a los que ir. Ni ganas.

Quizás el puñetero tahini no le ha sentado bien: ¡Demonios (piensa el mono), si eso se usa para el puré de garbanzos!

De todas formas, no es culpa de nadie. Bueno sí, suya.

El retrete está en un apartamento en una séptima planta en un edificio de seis plantas en el centro de Zaragoza. Cagar se caga incluso en el Vaticano. Recuerdo mi decepción, cuando niño, al enterarme de la realidad de que ese hecho tan vulgar se diera en los aposentos del Papa. Pero eso es otra historia.

El retrete no está en mal estado. Resulta que está como nuevo, pero es que la dama que ha adquirido el inmueble del séptimo piso del edificio de seis plantas en el centro de Zaragoza no quiere poner su culo en donde lo hayan puesto otros durante años ( o meses, o días). La gente que puede tiende a ser caprichosa.

-¡Maldito tahini!

Subir un retrete a estrene hasta un séptimo donde solo hay seis pisos tiene su intríngulis, y más si eres un mono vestido con un mono y el portero de la finca es un imbécil vestido con otro mono.

¡Demasiados monos!

Pero ahí está la dama que no caga en segunda mano.

-Es usted un mono.

-¿Eso supone un problema?

-Me figuro que para usted sí lo es.

-¿Le interesan mis cuitas o que le cambie el retrete?

-Sígame.

Me gusta la palabra retrete. Antes se usaba más para la habitación completa que para la propia taza/orinal.

Comprobado que el retrete a sustituir está impoluto, el mono agradece la estupidez de las personas. Cobrará bien por el antojo de la señora.

Solo hay que timar a los estúpidos ricos, pero a los estúpidos ricos hay que timarlos.

El mono observa su recién terminada obra.

El mono tiene un apretón.

No solo no le queda más remedio, además le parece una muy buena idea.

-¡Dichoso pudding!

¿Qué necesidad tengo de mezclar chocolate con aguacate?