Decime qué me odias, si tanto anhelás el calor de la soledad, la brisa pacífica de la ausencia de mi risa o las noches con desconocido y hombres que no son hombres, desconocidos, medios hombres, sombras de caras borrosas que apenas tienen nombre, ellos van primero, yo trato, no creas que no, pero si en tus ojos ellos van primero que ¿hay de mí? El tiempo pasa y yo solo estoy en las manchas de café de las tazas, en el labial de tus cigarros, y en tus noches de angustia y soledad. Realmente no quiero que me digas que me odias, quiero que me ames, que me lo digas tan explícitamente como tu alma te lo permita, pero eso no va a pasar, conmigo acá y con vos allá, ambos siendo envueltos en la inmoralidad, de días interminables, amando sin amar alejados por la edad.

bloodstar
Dieciséis años, dieciséis años viviendo a base de alucinaciónes y de creaciones inexistentes de tu ser
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