Hoja entintada; memorias sangrientas.

"Trágico diario:

Está oscuro. Lo único que ilumina esta desolada noche son la luna, las estrellas y el farol de uno de mis vecinos, quien abraza con cariño a su amada, como cada noche... Como si temiera perderla. Yo también fuí amada, ¿alguna vez te lo conté? Sus manos llenas de sangre me abrazaban con anhelo mientras yo dejaba huellas en la nieve con las mías, dejando ese rojo carmesí que podría ser una prueba más para inculparnos y acabar tras las rejas. Sus labios, siempre hidratados y delicados probaban de mi piel como quien come para no morir y los ecos de su risa resonaban entre los árboles, clavándose en mi memoria. Él estaba loco, era un demente, ¿pero sabes la mejor parte? Deliraba por mí. Estaba desquiciado hasta la médula, y eso complementaba mí locura de una manera sublime, pues siempre estuve rodeada de muerte y para mi buena suerte... Él también. De esa manera, día a día era una batalla por el quién moriría en los brazos del otro, quién llamaría a la muerte para su amado, quién atraería a la parca para llevarse nuestros huesos en un saco y volver a dejar en la desolada depresión que toda la vida nos consumió, al otro. Lamentablemente, antes que la parca llegó el temor, y con eso los errores... Pero eso será historia para otra noche, pues un instruso no vivo me visita en mi soledad. Así que, trágico diario, guarda una más de mis memorias y con ella, la sangre de mi recuerdo.

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤPark Ga-Yul."

Y ante la visita del alma de su difunda y desconocida madre, Ga-Yul cortó sus muñecas, manchando la hoja de su reminiscencia con un poco de su natural escencia, para que el diario jamás la olvidara.