En el post de hoy quiero hablar de Martin Heidegger y su libro Ser y tiempo. Me voy a circunscribir apenas a la introducción, apenas en los primeros siete parágrafos, en realidad son ocho. El úlitimo habla sobre la composición de la obra.
Como suele ocurrir en filosofía, las introducciones y los prólogos tienden a ese engaño donde en definitiva no son prólogos. Porque ya te están introduciendo de lleno, de cuajo en el mismísimo asunto de la obra.
En esta introducción de ser tiempo hay cosas muy importantes que van a definir cómo se va a leer de aquí en más todo el libro. Esboza justamente los primeros fundamentos de qué es lo que va a continuar.
Voy a dividir este texto, esta exposición de acuerdo a los distintos parágrafos y de acuerdo a lo que fui subrayando, voy a ir haciendo un comentario.
LA TRADUCCIÓN
Es importante que este libro que estoy leyendo es la traducción de Jorge Eduardo Rivera, un chileno. Es una muy buena traducción, muy interesante. Yo anteriormente había leído la traducción de José Gaos, del español José Gaos, que es una traducción clásica. Es una muy buena traducción. Yo leí entero ese libro, el de Rivera lo estoy leyendo recién ahora, pero debo decir que será porque ya lo leí previamente al libro y ya sé de qué se trata, ya conozco la arquitectura conceptual del libro. Sin embargo, estoy encontrando que este libro de Rivera es mucho más accesible y mucho más amable de ser leído por un hispanohablante. Recomiendo que si uno es un digamos especialista en Heidegger lea los dos libros, más aún que lo lea en alemán, claro, si uno quiere dedicarse seriamente a la cuestión. Sin embargo, en líneas generales, si bien este libro se consigue menos en los negocios, recomiendo que consideren comprar el libro de Rivera.
Entonces, bueno, tenemos una serie de cuestiones. La primera, arranca con una especie de prefacio, exordio, no sé cómo llamarlo, cita al Sofista de Platón, plantea esto de cómo la palabra ente (on en griego) nos deja perplejos, a los interlocutores de Sócrates y no saben cómo seguir. Y Heidegger plantea que es necesario retomar esta pregunta.
LOS PREJUICIOS SOBRE EL SER
Luego inicia el primer parágrafo con la frase de que la pregunta por el ser ha caído en el olvido, que ya nadie pregunta por el ser. ¿Por qué nadie pregunta por el ser? Porque preguntar por el ser se lo considera un error metódico, como si fuera un error del lenguaje o del método plantearse cuestiones sobre el ser, es tan evidente aquello a lo que nos referimos cuando decimos ser, que no lo reflexionamos o no lo hacemos el tema de una investigación.
Entonces aparecen tres prejuicios muy importantes que son: primero el ser es el concepto más universal. El ser es el concepto más universal. Aquí Heidegger hace un racconto de qué es lo que ocurre con el concepto ser desde Aristóteles pasando por el medioevo llegando a la modernidad y concluye con que el ser es el concepto más universal, pero eso no puede significar que sea el más claro ni que no esté necesitado de una discusión ulterior. El concepto de ser es más bien el más oscuro. Cuando intentamos descubrir en qué consiste este ser, que supuestamente es el universal, encontramos con que no podemos definirlo.
Por eso el segundo concepto es que el concepto de ser es indefinible. Y acá aparece la cuestión aristotélica, escolar que tiene que ver con que las definiciones se realizan por el género próximo y la diferencia específica. Entonces, si yo quiero decir qué es un gato, un gato es un mamífero de la familia de los felinos que es doméstico, por decirlo así. Entonces si digo gato, yo digo es un felino doméstico. Entonces lo que distingue al gato del puma es que el puma es un felino. Sí, ahí está el género, pero no es doméstico, es silvestre. Entonces, mediante la diferencia específica, yo defino lo que son las cosas.
Puesto que el ser es el más universal de los conceptos, yo no tengo un género superior al ser que me permita remitirme a ese género para poder definirlo específicamente con respecto a otros. El ser está en la cúspide de los conceptos ontológicos. Entonces, yo no puedo definirlo en función de otra cosa. Y ahí aparece un problema que la lógica tradicional no puede definir el ser.
COMPRENSIÓN DE TÉRMINO MEDIO
Otro de los prejuicios es que el ser es evidente en sí mismo. Entonces, aquí dice Heidegger, y esto es fundamental para entender todo el libro, aparece el concepto de comprensibilidad de término medio. ¿Qué significa la comprensibilidad de término medio? Dice que cualquiera de nosotros en la lengua alemana, bueno, él habla en alemán, pero bueno, digamos también en español, en la lengua española, si le preguntamos a cualquier persona, cualquier transeúnte, qué es el ser, siempre que no esté demasiado contaminado por conceptos filosóficos y te remita a qué sé yo, va a entender perfectamente de lo que le estamos hablando cuando decimos ser. Cuando decimos ser, decimos, esto es una taza de café. Decimos esto es una tasa de café sin que temáticamente reflexionemos sobre lo que consiste ontológica, filosóficamente el verbo, todos entendemos perfectamente que esto es una tasa de café. Entonces, la comprensibilidad del término medio es un criterio metodológico en la obra Ser y tiempo de Martín Heidegger, que supone que la pista de por dónde tenemos que empezar a investigar es cómo habla la gente, qué piensa la gente, cómo se comporta la gente. Esto no es, podríamos considerar, un populismo en el sentido de que el sentido común y que lo básico y de lo inmediato sea la forma de hacer filosofía, pero sí que toda explicación filosófica tiene que tener una pata en cómo piensa la gente.
LA ESTRUCTURA DE LA PREGUNTA
Lo siguiente que hace Heidegger es plantear la estructura formal de la pregunta. Dice, «Tenemos que volver a realizar la pregunta que interroga por el sentido del ser.” Bueno, pero para eso tenemos que pensar qué es una pregunta.
Bien, Heidegger dice, «Todo preguntar es una búsqueda. Todo buscar está guiado previamente por aquello que se busca. Preguntar es buscar conocer el ente en lo que respecta al hecho de qué es y a su ser así.» Y Heidegger, aquí esto nos cuesta mucho a nosotros entenderlo porque está pensando justamente en este concepto en alemán. Primero establece la cuestión de la comprensibilidad del término en medio, cómo habla la gente y luego se vale a el conocimiento de la lengua alemana para explicar en qué consiste la pregunta. Nosotros que no tenemos lengua alemana nos cuesta realmente mucho entender qué es lo que está diciendo. Yo supongo que un germano hablante o un nativo hablante entendería perfectamente de lo que se trata, pero a mí personalmente me cuesta mucho. Entonces una de las estructuras de la pregunta es que en cuanto «preguntar por» hay algo puesto en cuestión. Esto es lo que Heidegger llama sein gefragtes, o sea, gefragtes, la palabra fragte significa pregunta. Indica lo puesto en cuestión. Eso que es puesto en cuestión más adelante Heidegger va a decir que en nuestro asunto es el ser. Pero bueno, además de lo puesto en cuestión, hay un interrogado. Este interrogado es befragtes. Este interrogado es el Dasein. Y luego tenemos lo preguntado, erfragtes. Entonces, tenemos el tema de lo que se pregunta, aquel al que se le pregunta y lo que se pregunta. Un poco traduciendo en mis propias palabras lo que significa esto. El tema de lo que se pregunta el ser, ¿a quién se le pregunta? Al hombre, al Dasein. ¿Y qué es lo que se pregunta? El sentido del ser
En otro caso, ¿qué es lo que se pregunta? Pueden ser muchas cosas. Por ejemplo, si yo pregunto y si yo digo, ¿qué hay en esta tasa? En esta tasa podría considerarse que el tema de lo que se pregunta podría ser la bebida o la sustancia o el contenido físico. Podríamos decir. A quién se le pregunta podrían ser distintas consideraciones. Por ejemplo, se podría considerar que yo le estoy preguntando a otra persona, al que me está viendo, que me responda qué hay en esta tasa. Pero también no podemos obviar la posibilidad de que “a quién” le estoy preguntando no es a un otro, otro Dasein, a otro ser humano, sino a «un qué», que yo le estoy preguntando a la tasa. Le estoy preguntando a la tasa «qué hay en ti». No porque la tasa tenga una personalidad o una conciencia, sino porque mi preguntar está dirigido a la tasa. Así como cuando uno arregla un motor de un auto, le está preguntando al auto qué es lo que anda mal. Uno interroga en el auto y el auto responde ciertas respuestas que te permite saber en qué consiste, cuál es su mal función. Y bueno, y entonces, ¿y qué es lo que estoy preguntando? que es el contenido, el café. Esto sería una ejemplificación. pueden corregirlo. Quizás no les gustó esta bajada al terreno de la estructura de la pregunta, pero al menos así yo la entiendo.
NOS MOVEMOS SIEMPRE EN UNA COMPRENSIÓN
Entonces aquí luego a continuación aparece otra cuestión muy importante en la filosofía de Martin Heidegger que tiene que ver con que siempre que preguntamos acerca del ser, ya de algún modo nos movemos en cierta comprensión del ser. Es decir, siempre que alguien pregunta algo, uno nunca pregunta desde la absoluta incerteza. Todo preguntar supone siempre una preconcepción de eso que yo estoy preguntando. No hay ninguna pregunta ingenua. Todo preguntar supone una dirección de mi pregunta, supone algo buscado en mi pregunta. Cuando yo pregunto, por ejemplo, no sé, ¿Qué hiciste esta noche que llegaste tan tarde? Por decir algo. Hay ya algo en mi pregunta que predetermina qué es lo que yo estoy preguntando. O sea, esa pregunta no se podría considerar inocente, pero no es una pregunta que esté despojada de todo pasado. ¿Por qué? porque habitualmente esa persona llega a cierto horario, porque yo sospecho que estuvo en tal lugar, etcétera, etcétera. Entonces, mi preguntar siempre supone algo que viene de lo preguntado. De la misma forma cuando pensamos el ser, siempre preguntamos qué es el ser.
Pregúnteselo usted, por ejemplo, le dejo unos segundos.
*
Si usted se pregunta, ¿qué es el ser? sin haber leído a Heidegger. E intenta responder qué es el ser. Usted va a entender que frente a la pregunta, ¿qué es el ser? Ya hay una respuesta tal vez no tematizada, tal vez no ontológicamente como ciencia definida en su conciencia, pero ya hay algo que usted cree que es el ser. Esa comprensión del ser es lo que Heidegger llama un factum. Eso es lo que se llama la facticidad del «ser-ahí» la facticidad del Dasein, que siempre que preguntamos por el ser sabemos al menos soslayadamente en qué consiste ese ser. Después podemos ir interrogando y preguntando, indagando, corrigiendo, amplificando, etcétera. Pero siempre hay una comprensión de término medio de en qué consiste ese ser. Se trata, dice Heidegger, seguir las prácticas cotidianas del Dasein. ¿Cómo se comporta cotidianamente el Dasein? Contemplando su modo, digamos, normal, natural, espontáneo del Dasein, comprender en qué consiste la pregunta por el Dasein por el ser. Entonces, por eso este interrogado es el ente al que hay que preguntarle acerca de la pregunta del ser. Este ente que es el Dasein es aquel que puede responder y darnos el acceso a cómo se pregunta por el ser. Digamos en términos etimológicos. El dasein es el «ser-ahí». Es el “ahí” del “ser”. Es ahí donde está la pregunta por el ser.
Bien. Entonces, el Dasein aparece como el ente ejemplar al cual hay que preguntarle cuál es la naturaleza de la pregunta.
Entonces dice Heidegger, » Por consiguiente, elaborar la pregunta por el ser significa hacer que un ente, el que pregunta, se vuelva transparente en su ser.» Se trata de que Dasein sea comprensible perfectamente en sus estructuras, que él lo va a llamar existenciales, para poder hacer la pregunta por el ser.
Entonces, Ser y tiempo aparece como una especie de protréptico, digamos, el Dasein en Ser y tiempo aparece como una especie de introducción a la ontología. Heidegger dice, yo quiero preguntarme por el ser, pero ojo, para preguntarme por el ser tengo que saber a quién preguntarle para que me devele las estructuras del ser. Y para poder preguntarle correctamente a ese que me va a decir cómo son las estructuras del ser, tengo que conocer perfectamente a ese ente. Ese ente es el Dasein y por eso algunos van a llamar a Ser y Tiempo una antropología filosófica, porque en definitiva toda la obra va a tratar sobre qué es lo que le pasa Dasein, qué hace Dasein, cómo se angustia Dasein, qué piensa el Dasein de la muerte. En eso va a consistir ser y tiempo.
LA PRIMACÍA ONTOLÓGICA
En este parágrafo 3 Heidegger va a considerar cuestiones que tienen que ver con la ciencia y de la crisis de la ciencia y del juicio sobre los presupuestos de la ciencia. Va a decir que la ciencia avanza de cierta manera, que da un paso adelante la ciencia cuando entra en crisis en sus propios fundamentos. Eso es lo que ocurrió con la matemática, con la física, con la biología, con las ciencias históricas del espíritu y incluso con la teología. Todas estas ciencias surgen nuevamente en el siglo XX, estamos hablando de 1927, cuando se lo critica fundamentalmente en un nivel muy hondo respecto a cuáles son sus principios.
Criticar hondamente los principios, va a sugerir Heidegger, tiene que ver con criticar cuáles son sus conceptos. Y el concepto más importante que determina todo lo demás es el concepto de ser. El concepto de ser en toda ciencia está presupuesto. Nadie que hace matemática, física, biología, se pregunta por lo que las cosas son. Esto es, en cualquier ciencia nadie pregunta que la realidad es lo que es. Nadie pregunta, esto es real, sino que de por sí ya se sabe y se parte de qué son las cosas que son reales y ya hay una delimitación del campo regional de lo que puede ser investigado y de lo que no puede ser investigado. La ontología es fundamental porque interroga el ser, interroga la realidad, interroga todo y a partir de esa interrogación fundamental de lo que es el ser, derivan el resto de las ciencias. No porque sea una especie de cúspide en el sentido de reina de todas las ciencias la filosofía, sino porque aclarando, explanando, haciendo exégesis del concepto de ser, podemos entender qué es lo que las demás ciencias parten como sus premisas. Por eso la pregunta por el ser tiene una primacía ontológica.
EXSTENCIA, EXISTENTIVO, EXISTENCIAL
En el siguiente parágrafo, el parágrafo cuarto, tenemos la primacía óntica de la pregunta por el ser. Y aquí aparece ya expuesto en términos de definiciones conceptos que van a ser muy importante a la hora de seguir con la lectura de ser y tiempo.
“Primero se define que la ciencia puede definirse como un todo de proposiciones verdades conectadas entre sí por relaciones fundamentales.“
Lo que va a decir Heidegger es que sí, efectivamente eso es cierto, pero que el Dasein no se comporta de su manera más auténtica y original con respecto a la ciencia. Dice, «La investigación científica no es el único ni el más inmediato de los posibles modos de ser de este ente.» Heidegger va decir que el Dasein se comporta de un modo auténtico primitivo primario con respecto a ciertas formas de ser en el mundo, pero que en términos científicos, que son supuestamente lo que nos vienen a definir qué son las cosas realmente, eso es un modo derivado, es un modo que yo como Dasein puedo comportarme, puedo ponerme la bata de laboratorio, los guantes y las gafas. y decir, «Bueno, voy a hacer ciencia.» Esa existe perfectamente y puede permitirnos generar compuestos nuevos o viajar a la luna. Todo bien, todo fenómeno con eso, pero ese es un modo derivado.
El Dasein cuando está espontáneamente en el mundo, eso que Rodolfo Kush llama el ESTAR, cuando el Dasein está, simplemente está no más, no se comporta científicamente con el respecto al mundo. Uno no va por la vida resolviendo raíces cuadradas ni problemas aritméticos, como decía Dolina. No, uno se comporta de una forma mucho más emotiva, el Dasein se comporta de otra forma que no tiene nada que ver con el comportamiento científico y calculador del mundo.
¿Y qué es lo más importante que tiene el Dasein? Dijimos que hay una preconcepción del ser del Dasein. El está siempre comprendiendo el ser de algún modo. Bien, lo que caracteriza al ser es que a este ente le va en su ser este mismo ser. ¿Qué significa esto? Le va en su ser a este ente el ser. Lo que significa es que para el Dasein lo que él es, su ser, lo que él sea, no es una cosa indiferente. Eso que el Dasein es, eso es un problema. fáctico que no puede nunca más que aceptar que es un problema para él lo que él es. A todos y a cada uno de nosotros nos importa ser lo que somos. Pongámoslo en términos capitalistas. Yo soy, por ejemplo, un contador. A mí me preocupa ser un contador, ser eso, ser un contador. Eso es algo lo que a mí me preocupa. A mí no me resulta indiferente ser contador que ser poeta. Yo quiero ser contador o quiero ser poeta, no sé, pero a mí me preocupa ser lo que soy. A mí me preocupa ser, por ejemplo, inteligente. A mí me preocupa ser creativo. A mí me preocupa ser hábil con la pelota, a mí me preocupa ser muchas cosas. Eso que yo soy es algo que a mí me preocupa, que no puede más que importarme. Por eso al Dasein el ser es una cosa que le importa, le importa ser algo.
Probablemente en la mayor parte de las personas esta pregunta ontológica está encubierta. Uno no se está preguntando en términos de qué es lo que yo soy. Aunque al menos en ciertas ocasiones surge la pregunta, sobre todo cuando hay angustia y ansiedad. Pero en general uno no se pregunta por lo que es. Lo que hace la filosofía es poner delante de los ojos esta pregunta que es fundamental para el conocimiento existencial del mundo. ¿Qué es lo que somos? Es lo que hace una filosofía existencialista. Este ser que nos preocupa ser, como lo dijimos anteriormente, no lo sabemos temáticamente, no lo sabemos, digamos, científicamente, no lo sabemos ontológicamente. Tenemos una concepción vaga de eso que somos y nos comportamos siempre mirándolo de reojo. Esta es la comprensión del ser y esta comprensión del ser es propia del Dasein. Heidegger lo va a llamar existencia, en latín existentia.
“El ser mismo con respecto al cual el ente se puede comportar de esta o aquella manera y con respecto al cual siempre se comporta de alguna determinada manera, lo llamamos existencia”.
Es decir, el modo en el que uno se comporta respecto de sí mismo es lo que llamamos existencia. Y tengan muy en claro este concepto, existencia, porque se enreda la cosa.
El Dasein siempre tiene una posibilidad de ser, siempre puede ser de una manera distinta. Esta manera de posibilidad es lo que se llama el proyecto, etcétera. Todavía no está vislumbrado en la introducción. Esta comprensión de mi existencia, esta comprensión de mi ser, es lo que Heidegger va a llamar existentivo. Comprensión existentiva.
Y Heidegger va a determinar que el ser ahí, el Dasein, posee ciertas estructuras características de todo Dasein que nos permite determinar en qué consiste su naturaleza. Esa estructura es lo que se ha llamado la existencialidad, que atención porque otra palabra de otra traducción que proviene de José Gaos, a esto se lo ha llamado la existenciaridad. La existenciaridad, lo existenciario es un neologismo, no es otro concepto más que el de la existencialidad. Entonces, si usted escucha esos términos, tiene que entender que derriba de tradiciones de traducción distintas.
LA PRIMACÍA ONTICO ONTOLÓGICA
Por último, el Dasein tiene una primacía óntico-ontológica. ¿Qué significa esta primacía óntico-ontológica? El Dasein es el ente señalado para determinar lo que es el ser. ¿Por qué? Porque el Dasein se comporta ónticamente con respecto a sí mismo, con respecto a su vida, con respecto a su naturaleza, con respecto a sus comportamientos, pero al mismo tiempo determina lo que las cosas son. Entonces, mediante este comportamiento óntico-ontológico, lo que hace es, conociéndose a sí mismo, conoce todo el resto de la realidad. Eso es lo que se ha llamado primacía óntico-ontológica..
EL TIEMPO
En el capítulo segundo lo que va a hacer Heidegger va a ser involucrar la dimensión del tiempo. El tiempo es la segunda parte del libro. Lo diré brevemente. Lo importante del tiempo es que el tiempo hay que distinguirlo de una concepción vulgar del tiempo. ¿Qué es una concepción vulgar del tiempo? La concepción vulgar del tiempo es la concepción del reloj. Si yo tengo un reloj, considero que tengo una serie de segundos que están en sucesión uno detrás del otro y que eso sería objetivo, que no depende ni de mi personalidad, ni de mi subjetividad, ni de lo que yo soy, ni de la historia, ni de la guerra, ni de la paz, ni del amor. No depende de nada el tiempo. El tiempo ocurre de una manera indiferente, inerte en el mundo. Lo que va a decir Heidegger es que esta es una concepción vulgar del tiempo. El tiempo acontece en planos mucho más complejos y espiralados en el mundo, donde el futuro a veces está antes que el pasado. Esto es algo bastante interesante, que el futuro esté antes que el pasado, pero ya lo vamos a ver a continuación.
LA DESTRUCCIÓN DE LA ONTOLOGÍA
Lo interesante es que en el parágrafo 6, Heidegger habla de la destrucción de la historia de la ontología. ¿Qué es la destrucción de la historia de la ontología? Esto es lo que algunos autores van a considerar, que es el origen del término de deconstrucción de Jacques Derrida. La historia de la destrucción de la ontología parte del siguiente argumento. Primero, en todo momento en el que el Dasein nace o entiende algo del mundo, crece, ya está inserto en una tradición. hablamos un lenguaje, hablamos una cultura, tenemos ciertas conductas, si vivimos en Argentina, tenemos un préstamo con el FMI, ya de algún modo ya todos tenemos una tradición que ya nos está condicionando muy fuerte en lo que nosotros somos y cómo estamos en el mundo. Esa tradición nos coloca un lenguaje, nos coloca una ideología, nos coloca una forma de comprender el mundo. Por ejemplo, la tradición es leer Ser y tiempo y creer que leyendo Ser y tiempo vamos a entender algo de la actualidad. Eso ya es insertarse en una tradición.
Si estamos en una tradición, el Dasein es un ser histórico. El Dasein está en el tiempo. Hay una temporeidad del Dasein y el Dasein tiene una historia. Esa historia puede revelar lo que puede revelar el ser del Dasein, pero al mismo tiempo puede ocultarlo y recubrirlo. Cuando lo recubre, Heidegger va a decir, Es necesario una destrucción de la ontología. Se trata de no negar que hubo una ontología, no negar el pasado, no hacer tábula rasa y empezar un nuevo plan ideológico, sino que se trata de “deconstruir”, se trata de buscar detrás cuáles son los conceptos originales que aún hoy determinan y condicionan en qué consiste nuestro ser, depurarlo de los errores, determinar cuál es el error, cuál es el momento en el que se torció el rumbo, recuperarlos y traerlos al presente. Hacer una destrucción de la ontología consiste en determinar qué parte del pasado ha sido oscurecido, envilecido, traicionado y volverlo a traer al presente.
Y aquí hay algo que a mí me parece fascinante de la cuestión de Heidegger, que tiene que ver con la tradición y es lo siguiente. Lo voy a citar. “El Dasein es su pasado en la forma propia de su ser. Ser que dicho elementalmente acontece siempre desde su futuro.” ¿Qué significa esto? que el Dasein aparece en un mundo, aparece en una tradición y todo lo que ese Dasein vaya a ser de aquí en más en los próximos 10, 20, 30 años ya acontece desde su futuro, pero no en ese sentido metafísico de la retroactividad, de el futuro que te meten en esas cuestiones de la física cuántica, de que una partícula ya sabe dónde va a estar antes y que viene de la retrocausación, no tiene nada que ver con eso. Tiene que ver con que en términos así macroscópicos, todos los que formamos parte de un pueblo ya estamos condicionados en términos de inercia a comportarnos en cierta dirección, porque ya de algún modo ese futuro al cual tiende nuestro pueblo ya nos está condicionando a todos nosotros a ser los que somos hoy. Ese futuro ya nos hace condicionar en lo que somos hoy. Entonces, por ejemplo, si decimos, por ejemplo, que en algún momento si sigue el calentamiento global va a haber una crisis por el agua y va a haber conflictos bélicos por el acuífero guaraní, porque se va a necesitar el agua que puede suministrar a millones y millones de personas a lo largo del globo y se van a establecer guerras. Ese futuro ya está condicionando a nosotros, los argentinos, los chilenos, los bolivianos, ya está condicionando cómo nos comportamos en el mundo actualmente. Ese futuro nos antecede, ya está aquí. Entonces, la tradición ya el futuro está antes
En términos individuales. ¿Cómo yo me voy a morir? ¿Cómo yo quiero morir? ¿Cómo yo quiero que sea mi vida, cuál es mi proyecto existencial? llegar a los 60 años, llegar a los 70 años, lograr esto, escribir un libro, viajar, no sé, tener una familia, todo eso, todo ese futuro ya está antes de que haya sucedido. Entonces, el futuro está antes que el presente porque es el proyecto. Dice Heidegger, esta comprensión abre las posibilidades de su ser y las regula. Su propio pasado, y esto significa siempre el pasado de su generación, no va detrás del Dasein, sino que ya en cada vez se le anticipa.
LA GENERACIÓN
Y acá aparece otra cuestión muy importante que tiene que ver con la generación. La generación, muchachos, la generación supone que no es mi vida individual de escribir un libro, viajar y tener hijos. No, la generación supone que el proyecto es comunitario. El proyecto es de los alemanes en 1930 que quieren hacer tal cosa. Los argentinos en el 2025 quieren hacer tal cosa. Es la generación lo que determina cuáles son mis proyectos hondos, fundamentales, raigales de mi existencia. Entonces, en ese sentido, vivimos en generación. La generación ya sabe cómo interpretar el pasado. La generación ya sabe qué es lo que quiere construir en el futuro y uno se inserta en esa generación. Esto para mí es fundamental porque muchas veces se considera que el existencialismo hay un berretín de personajes que viven individualmente y solamente se preocupan egoístamente de su mundo. Acá claramente Heidegger está diciendo que se trata de la noción del pueblo, se trata de qué es lo que hace mi pueblo y cómo me inserto yo en él y cómo al mismo tiempo soy auténtico con mi individualidad, sin perder de lugar que soy parte de un pueblo.
LA FENOMENOLOGÍA
Bien, el parágrafo siguiente habla de el concepto de fenomenología. En líneas generales, Heidegger se vale de una máxima de un slogan, mejor dicho, de Edmund Husserl, que dice “a las cosas mismas”, lo que va a decir que el fenómeno, término etimológicamente griego, significa lo que se hace patente, el fenómeno es lo que se hace patente, que hay que distinguirlo del concepto alemán de Erscheinung, que significa apariencia. Erscheinung es lo que se presenta en sustituto de otra cosa. Es lo que llamaríamos un signo o lo que llamaríamos un símbolo. El Erscheinung es lo que aparece en lugar de otra cosa, mientras que el fenómeno es lo que se presenta de por sí. El logos se deriva de la palabra legein, que significa decir, que lo va a vincular con el concepto alemán, el verbo alemán, rede, que significa hablar. O sea, la fenomenología es dejar que el fenómeno hable, es dejar que lo patente se presenta, no crear, no inventar, no crear algo artificial, sino dejar que lo que las cosas son se presenten en sí mismo tal cual son. Y como hemos anticipado, una cuestión metodológica muy importante en Heidegger que tiene que ver con la cotidianidad de términos medios. Se trata de en este libro Ser y tiempo comprender cómo el hombre se comporta teórico prácticamente en el mundo y a partir de eso elabora un concepto, una estructura, una analítica existencial o existenciaria que me permita luego a partir de esa transparencia del Dasein acceder a lo que es el Dasein, luego acceder a lo que es el ser.
Esto apenas es la introducción pero leerla es bastante difícil. Uno solamente puede entenderla recién cuando leyó todo el libro, pero aquí esto le puede servir a alguno que intente leer este libro.

Bonchi Martínez
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