Hay tal crisis?

Me siento profundamente vacía, como si algo dentro de mí se hubiese roto y no pudiera arreglarse. Es una sensación constante, persistente, que no se va, por más que intente distraerme o buscar alivio en las cosas que antes me hacían feliz. Ahora todo parece distante, borroso, como si las emociones que alguna vez me llenaron se hubieran desvanecido. Y en su lugar solo queda este vacío, una especie de eco frío que me recuerda, una y otra vez, que ya no siento como antes.

Es como si mi capacidad de sentir se hubiese agotado. Lo intento, busco en los rincones de mi mente, en los recuerdos, en las cosas que antes me emocionaban, pero nada parece hacerme vibrar. Es una apatía que se extiende, lenta pero segura, como si me estuviera apagando poco a poco. Cada día me siento un poco más lejana de mí misma, como si estuviera viendo mi vida desde afuera, sin poder intervenir, sin poder cambiar nada.

A veces me pregunto si algo está muriendo dentro de mí, algo esencial, algo que me hacía ser quien soy. Y es aterrador pensar que quizás no quede nada al final de este proceso, que un día me voy a despertar y ya no voy a reconocer la persona que soy. Es como si estuviera desapareciendo lentamente, perdiendo mi esencia, hasta que ya no quede nada de mí, solo una sombra, una versión vacía de lo que alguna vez fui.

Me siento desconectada del mundo, de las personas, de todo lo que me rodea. Puedo estar en una habitación llena de gente, pero me siento sola, profundamente sola. Y esa soledad no es solo física, es emocional, es una distancia que no se puede medir ni acortar. Cada día me siento un poco más lejos, como si estuviera flotando en un espacio vacío, sin dirección, sin propósito.