Hasta la última gota

¿Qué es lo que ser poeta significa?

Me pregunto cuando alguien dice un verso aún no escrito, cuando cruzo la calle sin mirar y suena un bocinar desesperado o cuando marchito mi llanto por amor a un poema, por amor a un lamento amargo, por amor a un desgarrarme.

Une oyente aplaude al artista. A los pedazos de artista, más bien. Despedazarse es el arte. Aplaude sus palabras, sus sonidos, su belleza. Aplaude su vida. El arte, antes, vive la muerte de un sentir vívido, vivido, vivible.

Une oyente aplaude y sonríe a la muerte del poema, al último verso antagónico -clima desparalelizado psíquica y cósmicamente-. Arte muestra una sonrisa. Pedazos de una sonrisa, más bien.

¿Qué es poesía sino la vida del desmoronarse?

También la vida de la salvación así como del hundimiento, del amor y del miedo, sobre todo del amor; la vida de la vida en sí misma y la vida, también, de la muerte.

Poesía también es morir.
La muerte de un indecible al fin dicho, diré.

¿Qué es lo que morir significa?

Abrí mi bloc de notas. Allí, una página casi vacía, y una palabra: 

ábaco

Abajo, blanco.

Lo tuve en mi mano, jugué con él con mis dedos, con sus márgenes, con sus sílabas y sus líneas, con sus letras y cuentas de sentidos y sentires.

Abajo, blanco.

Una búsqueda de acepciones. Palabras hablando de palabras. Aquél, un significante insignificable. Acá, incalculable contradicción sensorial.

¿Será que todo significado ha muerto?

Sentido impalpable, pálpito,
irrealidad realizada.
Las manos vacías.
Una hoja marchita tinta.

Vivir para morir. Morir para vivir. Vivir para morir. Morir para vivir.

Y escribir,
al sentir de los sentidos.

Sentir para vivir. Vivir para morir. Morir para sentir
Y escribir,
hasta lo último de lo sentido.