mobile isologo
buscar...

Hasta donde el tiempo alcance.

Nov 11, 2025

69
Hasta donde el tiempo alcance.
Empieza a escribir gratis en quaderno

Hoy escribo con el corazón temblando. No sé si las palabras sean capaces de contener todo lo que siento, pero lo intento, porque tú mereces cada intento, cada verso, cada respiración que nace solo para recordarte.

El día avanza despacio y yo solo pienso en ti, n lo afortunado que soy de poder llamarte mi amor, en lo inmenso que suena tu nombre cuando lo pronuncio en silencio. Valentina. Tiene la fuerza de las estrellas y la suavidad de una caricia, cada letra tuya parece escrita por el mismo cielo.

Y aquí estoy, pensando en todo lo que hemos vivido, en lo que somos, en lo que seguiremos siendo. A veces me cuesta creer que existas, que seas real. Eres como un sueño que nunca termina, una melodía que se repite sin cansancio, una flor que florece incluso en el invierno.

Cuando sonríes, el mundo se acomoda. Cuando hablas, el ruido del universo se calla para escucharte.

Hay amores que nacen como un relámpago: rápidos, intensos, fugaces.

El mío por ti no.

El mío nació como el amanecer: despacio, constante, inevitable. Fue creciendo sin pedir permiso, llenando cada rincón de mi vida hasta quedarse a vivir en mí.

Mi niña, si supieras cuántas veces pienso en ti antes de dormir. Cómo repaso los recuerdos como si fueran tesoros escondidos. Cómo imagino futuros donde sigues ahí, riendo, mirándome con esos ojos que parecen guardar todos los secretos del amor.

A veces me pregunto si el universo sabía lo que hacía cuando te puso en mi camino. Quizás sí. Quizás las estrellas tenían un plan y nosotros solo lo seguimos sin saberlo.

Pero ahora lo entiendo: cada historia, cada error, cada soledad, me estaba llevando a ti.

Y me acuerdo del principio.

Del día en que todo empezó, aquel 14 de Julio.

Fue tan simple, tan cotidiano, tan pequeño, que si lo pienso bien, fue casi mágico.

Nunca imaginé que al escribir esos números, estaba escribiendo también el comienzo de la historia más hermosa de mi vida.

Recuerdo que me pareciste muy linda, no solo por fuera, sino por dentro, había en ti una calidez, una forma de hablar tan suave, tan tuya, que se quedó dando vueltas en mi cabeza.

Tu forma de ser me atrapó sin avisar. Eres amable, dulce, con esa energía que te envuelve y te deja queriendo quedarte un poco más.

Desde ese día empecé a esperarte, sin saber que ya te estaba esperando desde antes.

Tu presencia se volvió mi rutina favorita. Cada conversación, cada mensaje, era como abrir un regalo que no quería terminar.

Con el tiempo, me di cuenta de algo:

que no quería solo hablar contigo, quería quedarme contigo.

Quería conocerte en todas las versiones de ti: cuando ríes y cuando callas, cuando brillas y cuando te escondes del mundo.

Valentina, cariño mío, tú me enseñaste que amar no es buscar perfección, sino mirar a alguien y decir "aquí me quedo, incluso cuando no entiendo todo, incluso cuando hay días grises".

Tú eres mi razón, mi impulso, mi ternura.

He soñado muchas veces con nuestras vidas entrelazadas. Con los años que vienen, con los cumpleaños que seguiré pasándote flores, cartas, poemas, y abrazos que duren tanto como mis promesas.

Si el tiempo me diera a elegir, siempre volvería al instante en que te conocí, para hacerlo todo igual, solo para volver a encontrarte.

Eres esa parte del mundo que no quiero soltar.

Eres la calma cuando todo arde, y la chispa cuando todo se apaga.

Eres el "qué suerte la mía" de cada día.

Te amo con la inocencia de quien mira el cielo por primera vez, con la certeza de quien ya encontró su hogar.

Porque tú, mi niña, eres mi casa, mi rumbo, mi poema sin final.

A veces imagino que fuimos almas que se buscaron a través de muchas vidas. Que te reconocí al verte porque ya te había amado en otras formas: tal vez fuiste una voz en mis sueños, o la brisa que siempre me seguía sin saber por qué.

Y ahora que estás aquí, solo puedo prometerte una cosa: no pienso soltarte, ni en esta vida ni en las que sigan.

Si alguna vez el mundo se vuelve confuso, prométeme una sola cosa: mírame, y sabrás dónde estás segura.

Yo estaré ahí, como siempre.

Sosteniéndote con palabras, abrazándote con miradas, cuidándote en silencio cuando no puedas hablar.

Mi amor, cada cumpleaños tuyo es también una celebración mía, porque cada año que cumples es un año más en que el universo sigue permitiéndome amarte.

Deseo verte crecer, reír, soñar, ser feliz.

Deseo acompañarte en todo lo que la vida te dé, incluso en lo que duela, porque contigo todo vale la pena.

Y cuando el tiempo pase, cuando nuestras manos estén llenas de arrugas y nuestros pasos sean más lentos, quiero seguir mirándote igual: con la misma devoción, la misma ternura, el mismo amor que hoy me llena.

Cielo mío, te deseo un cumpleaños lleno de risas, de luz, de amor, pero sobre todo, te deseo un cumpleaños conmigo, para que sigamos sumando historias, besos, sueños y años juntos.

Feliz cumpleaños, mi niña.

Feliz cumpleaños, mi amor.

Feliz cumpleaños, mi eternidad.

Porque no hay vida donde no quiera encontrarte.

Ni cielo donde no quiera amarte.

Ni final donde no sigas siendo tú.

dulce pastelito ★

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión