Llego a 52 y listo, me repito constantemente mientras leo las etiquetas y los ingredientes de lo que voy a comer.
Las chicas se juntan a comer así que me llevo mi pechuga de pollo con 1 tomate.
La sal produce retención de líquidos, mejor dejar de consumirla, vas a bajar de peso más rápido - me dicen - lo hago. Ya no consumo sal agregada en ningún alimento ni bebida, ni siquiera agua mineral.
Tengo una balanza entre el inodoro y el bidet, la uso tanto que pierdo la cuenta de todas las veces que me paro ahí arriba por día, pero sé que cuando hago pis bajo unos 140 gramos.
¿Cuántos abdominales tendré que hacer para quemar este helado? 150 antes de irme a dormir ¿alcanzarán?
61 kilos distribuidos en 151 centímetros no son la imagen que quiero que el espejo me devuelva.
El domingo es lo peor, no puedo disimular, tengo que comer, a la tarde la sesión de abdominales será más intensa.
A mis papás les digo que como algo con las chicas y a las chicas les digo que ya comí algo con mis papás, al menos así me da menos culpa si llegan a pedir helado.
Bajé dos kilos, 59. Un avance pero sigo siendo horrible.
Voy al gimnasio 3 veces por semana, 2 veces por semana a natación, 2 veces por semana a patín y salgo a caminar todos los días dos horas. Si un día no puedo hacer actividad física puedo sentir que la grasa se acumula en mi cuerpo, se instala, la siento que corre en el costado de mis piernas, en la panza que aprieta el pantalón.
Leí que comiendo poco cada 3 horas el metabolismo funciona más rápido y quemas más grasas. En todas las comidas me quedo con hambre, cada vez como menos, siento como el estómago se achica. Cuando tengo hambre y me duele me como una mandarina y tomo medio litro de agua.
Llego a mi casa y no hay nadie, abro la heladera y hay una torta de chocolate con mousse de chocolate y frutillas, no la saco de la heladera, la como desde ahí, parada con la puerta de la heladera abierta, como un poco, un pedazo, otro poco, otro pedazo, me duele la panza y la culpa, voy al baño y vomito. Termino de vomitar y me peso.
55 kilos, falta menos para el objetivo.
El fin de semana si no me levanto antes de las 12 no tengo que desayunar.
Me levanto y me peso, desayuno y me peso, hago pis y me peso, hago caca y me peso, antes de entrenar me peso, después de entrenar me peso, sé las oscilaciones de gramos de mi cuerpo en cada momento del día.
Una manzana mediana tiene 99 calorías, no como banana, frutillas hasta 7, uvas las evito. Las frutas también engordan.
Toda mi vida y mis actividades giran en torno a la comida, a las comidas.
52 kilos, llegué al objetivo. Pero sigo sin gustarme, voy a seguir cuidándome, bajo algunos kilos más, a ver si me conformo.
Las juntadas con mis amigas empiezan a ser un problema, ya no puedo llevarme comida diferente, se empieza a notar que baje de peso y me cuestionan la pechuga de pollo. Evito las juntadas que incluyen comida.
Vacaciones en familia, 15 días en la costa. Me ocupo de comprar verduras y frutas y le pido a mi mamá que compre pescado. Resulta fácil controlar eso. Salgo a caminar muchos kilómetros, 5, 6 a la mañana y a la tarde. No tengo balanza.
Después de 15 días de caminar en la arena más de 10 kilómetros por día la balanza dice 47 kilos.
Una amiga me mira fijo y lanza: estás muy flaca, que poco estás comiendo, nadie la escucha más que yo. Manejo la situación, salgo de ahí rápido.
Mi mamá me ve tomando sol en bikini y me cuenta las costillas, saca turno con una médica que me dice que estoy muy "adelgazada". Me revisa las uñas, los dientes, el pelo. Me prohíbe la actividad física aeróbica.
Soy muy hábil para ocultar que quiero seguir adelgazando. Salgo a caminar a escondidas y lo oculto a los demás porque me lo prohibieron.
Comer más grasa, espaciar las horas entre las comidas.
El alcohol fija las grasas pero tomar en exceso y con el estómago casi vacío te hace vomitar mucho y sin esfuerzo.
Nunca me gustó la matemática pero ahora puedo contar mentalmente las calorías que ingerí en un día.
Dejo de menstruar y la psicóloga insiste en que vaya a la ginecóloga. No quiero otra médica diciendo que estoy flaca.
Los análisis dan bien y no entienden el porqué de mi delgadez.
45 kilos y la ropa que no me entraba ahora me queda grande.
Me cruzo una conocida de siempre en la calle, la saludo y no me reconoce porque “estas re flaca”
Es verano, hace calor pero tengo frío y siempre salgo con una camperita.
Estoy cansada de tanto esfuerzo, de perderme cosas con mis amigas.
44, 43, 42… “pareces un esqueleto”
Hay una voz en mi cabeza que me dice que puedo más, que puedo seguir, pero de verdad estoy muy cansada.
Estoy cansada. Cansada de fingir, de no comer, de la balanza, de sentir culpa, de no ver a mis amigas.
Estoy cansada pero no puedo parar, estoy cansada pero no quiero engordar, estoy cansada pero le tengo miedo a comer.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión