No me acuerdo que hicimos después, tampoco recuerdo si esa noche al dormir recordamos todas las flores del dia, jamas preste atención a las nubes de ese horizonte dentado del fondo de la foto, creería mama que por tu reiterada manía y conversación del clima no hiciste ausentar el enunciamiento de tus precauciones “Cuando hay esa vincha blanca en las sierras es que se viene frio”.
¿Habrá llegado el frío esa noche ? ¿Que invierno habrá borrado todas las flores ?
¿ Cuántas más habrán muerto en nuestras manos ese día? Quizás intentando capturar el instante o la belleza o la vida.
En mis manos pequeñas ¿qué puñado de pétalos cabía ? Puedo aseverar que vos mamá no te llevaste ninguna.
Nunca has sido de jarrones y ramos, preferís las flores vivas.
Yo por el contrario traccionada por otro seguro engullía a cada paso flores, violetas y blancas destinadas a marchitarse en algún asiento o caídas en alguna vereda lejos de ese campo hoy lejos de nosotras.
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