habito un cuerpo que no siempre es mío
a veces me levanto y me miro en el espejo y no reconozco los ojos que me miran
reconozco la peca en mi mejilla y la nariz de mi padre y los labios de mi madre pero no los ojos que me miran
a veces me quedo mirando tanto tiempo al espejo que todo se desdibuja y no reconozco la peca en mi mejilla ni la nariz de mi padre ni los labios de mi madre y sigo sin reconocer los ojos que me miran
a veces están cansados, otras veces parecen curiosos, pensando que será aquello que los observa desde mi lado del espejo, y de vez en cuando puedo vislumbrar un destello de felicidad
a veces cuando miro fotos antiguas me resulta extraño que una persona que no reconozco se adueñe de mis recuerdos
habito un cuerpo que no siempre es mío a veces mis brazos le pertenecen a mis amigos cuando nos saludamos cuando nos abrazamos o cuando tenemos que apoyarnos los unos con los otros a veces mis piernas le pertenecen a quien me obliga a pasar tanto tiempo de pie en el trabajo y mi corazón nunca es mío porque pertenece siempre y por completo a la gente a quien quiero
a veces cuando siento que mi cuerpo no es mío porque no distingo cuando me está protegiendo y cuando me está atacando y no distingo el sueño de la realidad, termino viviendo en un limbo entre un mundo onírico y el mundo real
cuando camino por este mundo nada realmente importa y el tiempo pasa rápido y pierdo el control de mi vida
pero luego consigo escapar y vuelvo, vuelvo a este cuerpo, que es mío y me pertenece y me miro al espejo y reconozco la peca de mi mejilla la nariz de mi padre y la boca de mi madre y, al fin, los ojos que me miran
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