Mi vida es un caos,
mis decisiones un desastre y
cada día me arrepiento más de seguir.
El camino me entorpece más con el
paso del tiempo y ya no sé
dónde estoy parada.
Creo que me estoy desmoronando,
pero nuevamente es otra cosa que no sé.
No sé qué me pasa por la cabeza,
no sé qué siento,
lo que pienso o el aire que entra
por mis pulmones.
Intento rebuscar entre los cajones
aquello que me mantenía viva;
aquello que me mantenía de pie
incluso en mis noches más oscuras,
pero no encuentro más que un alma vacía
y una carta borrosa con el paso del tiempo.
Todo se vuelve opaco y ya no sé
qué camino tomar.
Creo que me estoy mareando.
Me siento exhausta,
no sé qué debo hacer o siquiera qué
quiero hacer.
Me castigo por errores que no son míos
y me maldigo en cada espejo en el
que me reflejo.
Las lágrimas corren por mi rostro
como la sangre por tus manos.
Estoy derrotada y tienes mi corazón
en tus manos.
Aquel poder para destruirme de una vez,
terminar con la pieza restante.
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