mobile isologo
    buscar...

    Gravedad. Para Sofía número dos.

    Feb 2, 2025

    0
    Gravedad. Para Sofía número dos.
    Empieza a escribir gratis en quaderno

    Te metés entre las cosas que ya no cedo a las palabras.

    Y de a poco,

    te deslizás precavida,

    subiendo con cautela cada peldaño hasta el fondo de mis vasos,

    mientras me agitás lo suficiente como para que mis vómitos,

    conformen algo de tu risa en el suelo.

    Me es poético no verte sentada a la izquierda en un recital desconocido,

    al que no sé ni cómo vine.

    Y a esta altura de la noche,

    no sé si sos vos o el techo lo que me encanta,

    pero no dejo de mirarlos.

    Busco en las conjugaciones incorrectas,

    o en las citas de los textos a las que no llegás.

    Debe ser que estás sentada en este techo,

    de cabeza,

    dejando subir tu pelo hasta acariciarme por arriba,

    allá abajo,

    de donde no puedo despegar ni pararme,

    porque de todo movimiento caigo.

    Y mirá si se dan cuenta que persigo sueños no correspondidos,

    y no sólo amores,

    que se me reflejan en las arenas de todos los lugares que andan sedientos.


    Debe ser que todo cobra sentido cuando metés la mano,

    o cuando todo se trenza con tu voz.

    Es ahora en este tono que tengo faltas de ortografía,

    de humanidad también.

    Y ni hablar de las formas insólitas en las que transitás por estos párrafos,

    ese pasarme una foto que te gusta levantando la mano hacia arriba

    porque sabés que estoy al otro lado,

    sentado entre las gentes,

    alzando mi mano al cielo,

    ése que no te cuestionás.

    Porque para vos esta mundanidad es el sentido que a mí siempre me falta,

    por el que siempre me pregunto.


    Y se me caen sin sentirlos los poemas que voy a dedicarme,

    a tu nombre,

    cuando me ato fuerte a la cintura y no me alcanza.

    Llueven hasta mi vaso,

    que me olvidé de traer al techo,

    descalificándolos como basura que no alcanza a explicar nada.

    Se me va llenando de sangre la cabeza;

    estallan mis ojos,

    es la génesis de un reclamo profundo por parte de este mundo al que pertenezco,

    los días que no estoy sentado para recitarte,

    los pedacitos que te gustan al oído.

    Hay pasillos muy estrechos,

    lugares dentro de mí por los que no quepo,

    peculiares que solo se abren a tus pasos.

    ¿Qué hay de mis otros lados?

    Contame.

    ¿Qué ves de mis otras formas?

    Decime cómo son.

    Estas secuencias resucitan lo primitivo de mis formas.

    Se acuestan la tarde del domingo entre tus brazos.

    Y mis delirios parecen ahora infantiles,

    van sonrojados a tocar la puerta de tu casa

    a ver si todavía estás ahí para jugar.

    Como si tuviese el privilegio de andar derrochando,

    como si los recursos fuesen en verdad inagotables,

    Y no me fuese drenando en esta hemorragia azul lavable.

    Cuánta carencia la que te dio aquel primer beso,

    que no soportó más que el soñarte.

    Es a esta altura de mi vida,

    Que como una revelación violenta caigo:

    Nací para entender que esta gravedad,

    necesariamente,

    me rompería de alguna que otra forma,

    la cabeza en mil pedazos.

    PibedeVictoria

    Comentarios

    No hay comentarios todavía, sé el primero!

    Debes iniciar sesión para comentar

    Iniciar sesión