Cuando iba a la casa de mi viejo,
las paredes del barrio estaban llenas
de pintadas de "Levas. Metal fierrero".
La brigada anti-grafitis
y la muerte hicieron su trabajo.
Ahora,
hace tiempo,
cada vez que paso
más o menos cerca
de esa esquina
pienso en que me gustaría
poder decirle
(o haberle podido decir)
a alguien
"ahí vivía mi viejo".
Un poco de función
fática del lenguaje, un leve recordatorio
de que nominalmente tuve un padre.
Pero nunca hubo oportunidad.
Tampoco la de mencionar
que cualquier cosa menos
morir atado a una cama.
Busqué en Cada Parcela y encontré
un par de fotos de esas pintadas
-pintaban más de lo que tocaban, quizá-;
sin querer di con otra
en Google Maps, pero nunca quise
o nunca pude
ver los videos de mi viejo
que hay en Youtube.
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