Giraluna

Sol y Girasol, hechos tal para cual. Nacidos para el amor eterno e incondicional.

Sin embargo al Girasol le empiezan a arder los pétalos por el fuerte brillo de su amado,

que brilla incluso de noche con tal de no despedirse de su alabado.

Pero siempre del otro lado, se encuentra secretamente la Luna admirando a la flor,

sabiendo que con su amor jamás la lastimaria, como sí lo hace la gran estrella sin pudor.

Aunque también dolorosamente reconoce, que el Girasol jamás será Giraluna, y siempre volverá a girar al Sol.