Pereceré
Lo sé.
Ausentaré mi carne,
saltaré al agujero,
el que cavé en lo hondo,
en lo hondo, profundamente.
Donde la madrugada es perpetua,
un charco de lodo,
donde no hay histeria,
un baúl olvidado.
Ahí reposarán
mis migas,
mis crujidos,
este corazón averiado.
Y ahora, mis manos
no serán más que carroña,
hogar de hongos,
alimento de gusanos.
Echaré raíces,
saciaré la planicie,
crecerán nuevas rosas,
margaritas y jazmines.
Porque son mis huesos
quienes añoran
la dulce arena,
los que extrañan
el barro.
Cansado de corear,
¿Si importé realmente?
De intentar rasgar la luna,
me fundo en la penumbra.
Seré bañado por la luz matinal,
regado con un océano lacrimoso,
y las más bellas flores
callarán las voces.
No habrá
ningún elaborado epitafio,
ni lápida de mármol,
ni llanto,
ni pena,
solo un par de rocas,
solo tierra.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión