galaxias y pestañas

a veces nos olvidamos de que estamos hechos de polvo de estrellas.

que en nuestras detalles más diminutos,

hay una infinidad de cosas,

de miles de detalles más.

a veces nos olvidamos que somos inmensos,

incluso siendo finitos como el trazo de la pluma.

que somos igual de indelebles que esa mancha de tinta,

y que somos pasajeros como las estaciones.

estamos en muchos lados.

tomamos poder y escribimos nuestras iniciales en cosas inesperadas.

como un perfume

o los rayos dorados del sol de las 19.

somos el recuerdo imborrable que alguien más tiene al ver una canción,

o al sentir un color.

nos olvidamos que tenemos el poder de crear esa historia que nos merecemos.

nos olvidamos que cargamos con miles de días de historia en nuestras manos.

desde el día en que nacemos,

hasta que volvemos a ser parte de las estrellas.

que muchas veces hacemos cosas por última vez sin darnos cuenta,

o que creamos nuevos hábitos que se quedan,

o que también se borran sin notarlo.

somos cuadernos,

somos tatuajes.

somos nuestras pestañas

y nuestros sueños sin sentido.

nos olvidamos que somos un susurro en algún rincón de la galaxia,

pero que somos un grito desgarrador en todos los rincones de nuestro cuerpo.

que somos el árbol más alto

pero también el brote nuevo, saliendo de la grieta de un edificio abandonado.

débil pero esperanzador.

a veces parece que no pertenecemos a ningún lado

y que estamos solos incluso acompañados del público más cálido.

es verdad, no pertenecemos a ningún lado,

pero también somos parte de todo.

de los tatuajes y las pestañas de alguien más.

de los astros, de las carcajadas y del suspiro que se nos escapa cuando nos recostamos después de un día largo.

estamos en lo imponente,

en lo incógnito.

pero también estamos en el té

y en roce del viento con nuestra piel.

estamos en las constelaciones,

porque se parecen al patrón de nuestros lunares

y a las pecas en la nariz de ese alguien especial.

somos todas las gotas de agua en los océanos

y las gotas del llanto desconsolado de una madre.

somos respuestas

y estamos en el centenar de preguntas que nos quitan el sueño los domingos.