Futuro

- Buenas tardes, señor. Disculpe la molestia, ¿me permite unos minutos de su tiempo para comentarle sobre el producto del futuro?

- Mira, te agradezco, pero solamente quiero tomar mi café tranquilo. Y aparte no me gusta perder el tiempo.

- Perdóneme, pero le debo insistir. Es un producto revolucionario y tengo una larga lista de clientes satisfechos gracias a este aparato que tengo acá.

- Bueno, bueno. Pero eso parece uno de los teléfonos con tapa que se usaban antes de los smartphones. ¿Vos no me estarás tomando el pelo, ¿no?

- Créame, me lo va a agradecer. Por favor, sosténgalo en su mano. Tranquilo que no pesa nada y no es peligroso. Ahora quiero que me responda una simple pregunta: ¿Le gusta viajar?

- Y si, ¿a quién no? particularmente soy de esas personas que no ven la hora de que ya lleguen las vacaciones. Y no me gusta repetir, siempre tienen que ser lugares nuevos.

- Entonces es su día de suerte. Este aparato le va a facilitar sus vacaciones, traslados o lo que desee. Ahora lo pondremos a prueba y si no queda satisfecho, me retiro y no lo molesto más.

- Perfecto, que así sea. ¿Qué tengo que hacer?

- Escúcheme atentamente y siga mis instrucciones. Primero, levante la tapa, ¿ahora me cree que no es un teléfono de antes? solamente tiene un solo boton y es el que debe mantener apretado. Bien, por último, cierre los ojos y desee sin decirlo en voz alta el lugar al que desea ir.

- Bien, estoy pensado en el último lugar al que fui de vacaciones. Igual si llego abrir los ojos y veo que no estas, te puedo asegurar que...

- Abra los ojos. Dígame que ve.

- Veo un local de churros y hay olor a sal en el aire. También siento el calor del sol más fuerte.

- Le conviene darse vuelta.

- No lo puedo creer. ¡Estamos a una cuadra del mar! Pero esto tiene que ser un holograma de mis recuerdos o algo por el estilo.

- ¿Por qué lo dice?

- Y porque se lo comente antes.

- Si, pero no me dijo el destino. Eso fue el trabajo de su inconsciente y del deseo que le transmitió al aparato.

- Bueno, supongamos que entienda lo de esta baratija. Para mí esto no es prueba suficiente.

- Entonces probemos con otro destino. Repita las instrucciones.

- Esta bien, pero ahora no voy a decirte nada y no quiero nada de trucos

- Quédese tranquilo, esto no es magia. Ahora cierre los ojos y apriete el boton.

- ¿Si esto termina de funcionar bien, tenga por hecho que se lo compro señor...?

- Mi nombre es Gero, señor. Y ya llegamos, ya puede abrir los ojos. Dígame que siente y ve.

- Siento frio y estoy frente a una confitería bastante concurrida. ¿Es posible que el cartel este en otro idioma?

- Si, está en catalán. Pero la mejor parte está en enfrente.

- Pero este edificio es igual a la foto que me dio mi papá. Tenía seis años cuando me la dio e imaginaba que era un castillo de arena colosal. Me prometí que algún día la visitaría, no puedo creer que esta sea...

- La Sagrada Familia, señor. Llego justo para la visita guiada de la basílica.

- Tenía razón, Gero. Lo que usted vende es parte del futuro y ahora sí que lo quiero, sin importar el precio. Dígame a cuanto, Gero. ¿Gero? ¿Gero?