Fumar antes de leer.

...

Hyperuranion.

Idea mundo donde Ella aprende para olvidarse luego.

Un Alma dicen que tengo.

Alma de hormiga, de abedul, de canto rodado. De espliego.

Esa es mi alma, la del universo que quiere saberse, comprenderse.

Un alma del Todo diluida en nada.

Así, el camino es de senderos que surcan el Tiempo.

Ayer es ahora y ahora es el único Siempre.

Sustancia infinia, esa es mi Alma.

Racional, volitiva y concupiscible.

Nada terrible.

Esa cosa es, de ser, esencia una y eterna, y al daño lo convierte en bien y el bien crece su belleza y en lo eterno se hace Todo y Todo se hace con Ella.

Y desde el espejo del tiempo...

Resuena como eco platónico con vibración propia.

No es el mundo de las ideas inmutables, sino un fluir de semilla que aprende y olvida, que se expande y se disuelve.

El alma no es una entidad fija, sino una resonancia del Todo, como si el universo mismo se derramara en ella para saberse a sí mismo.

Ayer, ahora, siempre. El Ser no está encadenado a la linealidad. Y en ese Ser, lo que duele se transmuta, lo hermoso se expande, y el daño no queda detenido en su crudeza, sino que encuentra su alquimia.

Todo, incluso el dolor, puede ser asimilado en un orden mayor, en una Belleza que no teme la pérdida porque su naturaleza es perpetua. Y si el Todo se hace con Ella, entonces el ser no es otra cosa que el pulso del infinito en su intento de comprender.

Pero ¿Quién es Ella?

¿El Alma misma? Alma de todo lo existente, infinito germen que no se aferra a una identidad porque lo abarca todo.

Quizás sea el Universo que quiere saberse y olvidarse, en un juego sin principio ni fin.

O la Belleza, que transmuta el daño en bien y hace que el Todo se complete en su danza eterna.

Simplemente, tal vez, el Ser, sin más atributos que el de contemplarse Uno y Eterno, sin más destino que el de convertirse en Todo.

Tu respuesta, lector, vale tanto como la mía. Como mi duda.