Fuí a verte, ví un cuadro y me dieron unas cuantas tristezas

14 de hoy

Hoy fue un domingo super tristón. Le llevamos flores a seres muy especiales y comimos con bastante mala cara. Ya no es feliz.

Me quería quedar pegada al banco de piedra, cebarte unos mates que me digas que estoy linda, decirte que tu amabilidad es siempre es tan linda y que vos también estás linda el día de hoy. Quería hacer una pizzeteada con tu receta en tu honor pero me la cancelaron. Humilde oda culinaria.

Cada uno supera las partidas como puede pero hay uno que no sabe como disimular. Canta mientras maneja sobre la avenida y lo queremos matar entre todos, todos. Vive en otro lugar. Pero bueno, otro tema.

También hoy me hallé para hacer algo dónde no me encuentro y el resultado fue tan triste. No se ni porqué me embarqué en esa aventura rarísima. Tampoco me hallo ahí.

Pero ando así, tratando de soltarme y recuperarme y recuperar. Vamos a ver si paso la pruebas. Si fuera católica le preguntaría a diós si me vió cara de guerrera o algo parecido. Tantos duelos juntos, una corroida cerebral en medio y algunos temas de salud que por ahora tranquilos. Pero no son muy convenientes todos juntos en este contexto de mierda.

Entonces, trato de pensar la escritura como espacio que deja soltar y sacar conclusiones a partir de asentarme en un lugar, entre tanto remolino.

Ví un cuadro de un niño en medio de un bosque y me puse a llorar automáticamente. Y ya se que cuando lloro no son lágrimas de cocodrilo, como quien dice, es porque algo pasa.

Quizás fue el niño que ví en una persona muy especial. El que siempre habían tratado como un monstruo en quién no se podía confiar y mejor encerrar. Y yo lo encontré tratando de hacer algo bueno por una chica parecida pero opuesta a él. Cuando encontró que yo trataba a esa niña como mi madre me trató toda la vida. Me hizo mierda y me trato como trato a esa chica. Ni yo lo sabía.

No hay niños en realidad. Solo dos adultos que se tocaron el corazón, entre cosas reprochables, pero quizás si pasó. Un niño buscando que lo dejen abrazar, quizás, y una niña buscando los amigos que nunca tuvo. No hay niños en realidad.

Una adulta que fue tan amable como mi abuela toda la vida cuando la estaban lastimando. No me quería mover de ese banco abu.

Simplemente esto. Está bueno soltarlo y ver las conclusiones de mañana.

Buen domingo.