fugaz y eterno 🌠

Dicen que los ojos son las puertas del alma...

Él solía ver a las mujeres como figuras de colección, las observaba como estrellas en el cielo, para deleitarse en las fantasias que su mente le proveía, impulsadas por una corriente de impurezas y atrocidades, matando cualquier de romance que albergara en lo profundo de su ser.

¡Pero que corrompido están los hombres!

Nunca supo lo que es deleitarse con la mirada de una mujer, mucho menos desnudarse sin siquiera tocarse.

¡Que Dios permita que lo purifiquen!

Un alma ponzoña no tendrá llave hacia la casa de Dios.

No obstante, el Señor sabe cómo equilibrar está balanza.

Entonces, ella apareció.

Tan de repente y tan elocuente fue, una estrella fugaz centelleante, opacando todo lo demás.

¡Pero que bella pieza es!

Tan bella en su simpleza, tan delicada como una rosa y tan peligrosa como una droga.

¡Madre mía, que mujer!

Posó sus ojos sobre él, hechizandolo como una bruja, pero con la astucia de una gata por el tejado, dejándole una marca en él que ni en siete vidas, su alma podra olvidar.

¡Librado sea del pecado!

Su cuerpo, jamás será capaz de replicar aquella sensación de resplandor y desnudez, que le dió esa mujer.