fuegos fatuos de mediodía.

«su calor era el desierto, un espejismo que me secaba.»

amores de verano. tienen como finalidad el ser efímeros e intensos, es entregar todo con el propósito de convertirlo en cenizas. están destinados al fracaso sin siquiera haber comenzado. sé bien que le perdí el sentido cuando creí ciegamente que contigo todo sería eterno, que podríamos sobrevivir a la profecía prescrita por el universo; fue un error. todo se desmoronó, como una pila de dominós cayendo uno tras otro o la arena corriendo entre mis dedos. hablaste de un futuro incierto como si lo hubieras pisado de antemano, tomé tu mano y dejaste que mi corazón cayera al suelo. pedazos de vidrios delicados adornaron las paredes de tu habitación. recuerdo todo con precisión e incluso la hora del reloj en la que tu sinceridad disfrazada de crueldad se despedía de mi amor. no creo que nadie más pueda amarte como lo hice yo y creo que también estás de acuerdo, puesto que nunca te dignas a dejar mi nombre colgando del pasado. sigo siendo parte de tu diccionario con un doblez en la parte superior como recordatorio de que nunca dejas de ser parte del mundo de la persona que te amó.