apoyada sobre la muralla fría
con un viento que quema
y las cenizas cayendo en mis zapatos
el concreto me rodea
me engulle y escupe
la punta de mi nariz helada
igual que mis huesos
mis dedos congelados
y cayéndose a pedazos
no estás para sostenerlos
ya no lo estarás más
Mis manos se deslizan entre la nada,
solo queda el humo del cigarro
en los que hundo mis labios
para llenar mis pulmones de algo más que no sea tu perfume
me conformo con no tenerte más
con estar mejor sin ti
aunque no te lo diga a la cara
ver tu sombra esfumada no me contenta
pero verte la cara me deja de piedra y prefiero soltar tus frías manos que se convirtieron en estatua
me niego a convertirme yo en eso también
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