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    Frankenstein ¿Una obra romántica?

    Aug 24, 2024

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    Frankenstein ¿Una obra romántica?
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    Sobre la autora: Mary Shelley

    Mary Wollstonecraft Godwin nació el 30 de agosto de 1797 en la ciudad de Londres (Inglaterra). Era hija única del filósofo William Godwin y de la escritora feminista Mary Wollstonecraft (escribió en el año 1792 “Reivindicación De Los Derechos De La Mujer”), quien tenía una hija de soltera llamada Fanny, concebida tras sus relaciones con Gilbert Imlay.

    Su madre falleció pocos días después de su nacimiento a causa de unas fiebres contraídas en el momento del parto. Su padre se casó con posterioridad con la viuda Mary Jane Clairmont, quien ya tenía dos hijos de su anterior matrimonio. Mary creció y se educó en un ambiente intelectual y progresista que marcó fuertemente su personalidad.

    En el año 1814 inició una relación amorosa con el poeta romántico Percy B. Shelley (nacido en 1792) y se fugó con él, quien en aquellos momentos se encontraba casado con otra mujer llamada Harriet. La primera esposa de Percy, se suicidó en 1816, año en el que contrajo matrimonio la pareja fugada.

    La idea de Frankenstein nace en Suiza en el año 1816 (“el año sin verano”), mientras estaba alojándose junto a su pareja en la residencia de Lord Byron. Europa aún no se recuperaba de las guerras napoléonicas y sufría una escasez de alimentos. A causa de las circunstancias climáticas quedaron encerrados en donde Byron, y allí surgió la idea de que cada uno de los presentes (Mary y su pareja Percy, Lord Byron y su doctor J. Polidori) escribiera una historia de terror. La joven autora, con 19 años, se inspiró en las discusiones de Byron y Percy Shelley respecto al galvanismo y la posibilidad de excitar por medio de corrientes eléctricas continuas los músculos y miembros de animales vivos o muertos.

    “Muchas y largas eran las conversaciones entre Lord Byron y Shelley, a las cuales yo asistía como un silencioso testigo. Durante una de estas se discutieron varias doctrinas filosóficas, entre otras el principio de la vida y si había y si había alguna probabilidad de que fuera descubierto y comunicado. (…) Quizás un cuerpo podría ser reanimado; el galvanismo había dado señales de tales cuestiones: quizás las partes componentes de la criatura pudieran ser manufacturadas, unidas y dotadas de calor vital”

    Desde el año 1818, Mary residió con Percy en Italia hasta que su marido falleció ahogado en el año 1822. Tras esta muerte regresó a Inglaterra junto a su hijo Percy Florence, continuando su labor literaria. Mary murió a causa de un tumor cerebral el 1 de febrero de 1851. Tenía 53 años de edad.

    El movimiento romántico

    Surge en Europa, entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, como una reacción al racionalismo de la Ilustración. Se difundió por toda Europa, América anglosajona e Ibérica. Las bases del fenómeno romántico se produjeron bajo la influencia de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa.

    Nos encontramos en un período de derrocamiento de los antiguos grandes imperios de Europa, luego de la caída de Napoleón a manos de la Sexta Coalición, que llevó a que se dieran modificaciones en el panorama social y político del continente. La burguesía comienza a tomar el poder y las clases obreras comienzan a formar revueltas de carácter anti burgués. Fue en este momento de agitación que se generalizó el sentimiento de desgarramiento, carencia de patria y soledad, que ante la inseguridad de la razón y la pérdida de apoyo externo, el individuo europeo tuvo que aferrarse al individualismo. El agotamiento de un racionalismo científico que no dejaba lugar al misterio fue lo que despertó las ideas románticas, que entre muchas cosas, pretendían reconectar al hombre con la naturaleza.

    Caracterizado por el subjetivismo, la irracionalidad, el sentimiento, el Romanticismo trató de volver a popularizar la historia, las tradiciones y el pasado. El romanticismo se expresó de distintas formas en diferentes lugares, dependiendo en ocasiones de la ubicación geográfica, ideologías, religión… Sin embargo existe una característica común entre todos estos fenómenos intelectuales que permite ver el romanticismo como un solo movimiento: el espíritu caprichoso que los llevaba a rechazar lo establecido para generar ideas a partir de sus propias experiencias.

    El romanticismo inglés

    Aparece como reacción a la Revolución Industrial, que entre muchas cosas, trajo pésimas condiciones de trabajo a los obreros (largas rutinas en condiciones infrahumanas). Se destacan dos corrientes románticas en Inglaterra: una totalmente conservadora, que dura hasta 1815, cuyo principal representante fue Walter Scott; y otra de tendencia liberal, que predominó tras la batalla de Waterloo y algunos autores destacados fueron Percy Shelley y Lord Byron. Estos estuvieron fuertemente influenciados por el filósofo William Godwin (padre de nuestra autora).

    A la primera generación de poetas románticos ingleses le interesaba la idea del arte como acto sublime, que emula en el plano humano la función de Dios en el antiguo testamento. Al crear, el ser es libre de expresarse. Mary Shelley, nuestra autora, se empapó de esta corriente desde muy pequeña y retoma este tema para su primera novela, pero ese entonces, muchas cosas ya habían cambiado: la forma en que se veía la Revolución Francesa era mucho menos idealista y el progreso del capitalismo comenzaba a redefinir las relaciones sociales. El iluminismo había impuesto un modo de pensamiento. Todo esto afectó la sensibilidad de la segunda generación romántica.

    En efecto, el arte creada por manos humanas tiene en Mary Shelley esos ecos trascendentales, pero la escritora lleva a cabo una variación personal sobre el tema. La obra de Víctor Frankenstein, en lugar de ser la encarnación del arte sublime, es arte abyecto. El arte sublime es la que encuentra la belleza al reproducir la relación creador-obra (como se expresa en el relato bíblico), esto es lo que persiguen los románticos. Por el contrario, está el arte abyecto que intenta emular la mencionada relación, pero en su lugar se envilece y degenera.

    Frankenstein o el moderno Prometeo

    Mary Shelley publica la primera edición de su novela en 1818, en la cual atrae una descripción del espíritu de la época, mediante una obra sin comparación. En ella critica a una época decadentista a lo largo de la historia de Frankenstein (el Prometeo Moderno) y su ambiciosa creación: el Monstruo.

    La novela trata de la virtud genial un joven científico llamado Víctor Frankenstein (nuestro moderno Prometeo) quien busca crear a un ser humano perfecto utilizando sus conocimientos en ciencias y alquimia. Su virtud se convierte en catástrofe cuando ese ser perfecto cobra vida y se da cuenta que lo que tiene enfrente es terriblemente grotesco. Frankenstein arma el cuerpo con piezas que encuentra en cementerios, salas de disección y mataderos, le infunde vida por medio de la electricidad. Al ver lo que ha creado huye dejando solo al ente.

    “Una triste noche de noviembre contemple la culminación de mi trabajo. Con una angustia que casi era un suplicio, apresté los instrumentos vivificadores qué me permiten infundir la chispa de la vida en el ser inerte que tenía mis pies. Ya era la 1 de la madrugada; la lluvia repicaba melancólicamente los cristales y mi vida casi se había consumido cuando, al brillo tenue la llama vacilante, vi abrirse los ojos amarillos mates de la criatura; respiró hondo, y agitó los miembros en una convulsión.

    ¿Cómo describir mis emociones ante este desenlace; cómo pintar al ser miserable al que había procurado dar forma con tanto esmero y dedicación? Tenía los miembros proporcionados, y yo le había elegido unos rasgos hermoso. ¡Hermosos! ¡Dios santo! La piel amarilla apenas le cubría la masa de músculos y arterias; tenía el pelo negro, largo y reluciente, y los dientes de blancura de perla. Pero estás buenas prendas no hacían más que producir un contraste más horrible todavía con sus ojos acuosos, que parecían casi del mismo color de las órbitas pardas en que estaban engastados, su complexión demacrada y sus labios negros y rectos. (…) Incapaz de soportar la imagen del ser que había creado, salí corriendo de la habitación (…)”

    Sin embargo lo que Víctor no sabe es que el “monstruo” en realidad era un ser inocente y bondadoso, es el abandono por parte de su creador el que lo vuelve ruin y perverso, y sediento de venganza comienza a asesinar a personas importantes del círculo de Víctor, como uno de sus hermanos, su prometida y su mejor amigo.

    Existe un paralelismo psicoclimático, porque se da una correspondencia entre los estados climáticos y el ánimo de los personajes que se expresa en las tormentas que se desatan en los momentos anímicos más sombríos y suelen coincidir con la aparición del monstruo, ejemplo: la tormenta corona el día en que Víctor y el monstruo se reencuentran.

    Mary cuenta la historia a través de tres narradores concéntricos: Robert Walton, un explorador del ártico que se encuentra con Víctor Frankenstein al borde del congelamiento, en su labor de perseguir al monstruo, es quien inicia la narración por medio de cartas a su hermana; Víctor Frankenstein es el siguiente narrador, le narra a Robert la razón por la que se encuentra en el Ártico; el monstruo, que le narra a Víctor su vida, desde que le dio la vida hasta su reencuentro. Los tres representan a héroes románticos. Walton es el que va en busca de nuevos mundos, pero su objetivo se ve interrumpido por carecer de carácter, como se ve cuando no es capaz de matar al monstruo. Frankenstein posee una genialidad incomparable, consigue darle vida a la materia muerta partir de la electricidad, pero se horroriza al ver lo que ha creado, es incapaz de usar su prodigiosa mente para el provecho de la humanidad (alusión al héroe Prometeo, quien es castigado por llevar el fuego del conocimiento a la humanidad, su fuego aquí es la electricidad). El monstruo es el estereotipo de romántico, se deja llevar por sus emociones y está en constante cuestionamiento de su propia naturaleza. Ninguno de los personajes llega a lograr sus metas. Walton no mata al monstruo, Frankenstein muere sin poder matar al monstruo y éste, a su vez, promete suicidarse.

    Por otra parte, Shelley describe situaciones que reflejan claramente la mentalidad de la época sobre el papel de las personas en la sociedad. Por ejemplo, el papel de la mujer; se nota cuando el monstruo le pide a Víctor que le haga una compañera y así él se marcharía para siempre. Víctor accede, pero luego recapacita y decide no crearla por miedo de lo que pueda hacer:

    “(…) Tres años atrás había estado ocupado del mismo modo y había creado un diablo cuya barbarie sin precedentes me había desolado el corazón y lo había llenado para siempre del más cruel de los remordimientos. Ahora estaba a punto de formar otra criatura femenina cuyas tendencias también ignoraba. Podía resultar diez mil veces más maligna que su compañero y complacerse en cometer asesinatos y atrocidades por pura crueldad. (…) Y ella, que con toda probabilidad llegaría a ser un animal racional y pensante, podía negarse a cumplir un pacto establecido antes de su creación.”

    Frankenstein destruye a la “mujer” casi terminada por miedo a que pueda ser “un animal racional y pensante”, cosa intolerable para la época. Es importante mencionar que la madre de Mary es considerada una de las pioneras del feminismo y fue la primera en escribir sobre los derechos de la mujer.

    La criatura de Frankenstein

    Como mencionaba antes, la obra creada por Mary Shelley no es otra cosa que arte abyecto en el campo de la ficción. La propia autora en la introducción adelante esta postura: la pesadilla golpea la belleza romántica. El monstruo de Frankenstein es el aspecto más inquietante de la novela. Es un emparchado de restos humanos. Comprendemos la dimensión abyecta del monstruo con la descripción de Víctor al instante que lo ve luego de infundirle vida:

    “¿Cómo describir mis emociones ante este desenlace; cómo pintar al ser miserable al que había procurado dar forma con tanto esmero y dedicación? Tenía los miembros proporcionados, y yo le había elegido unos rasgos hermoso.”

    Nuestro científico buscó la belleza en su obra, pero una terrible. El uso de ese adjetivo apunta al arduo trabajo que le llevó a Víctor la creación del monstruo. El párrafo mencionado incluye la palabra “catastrophe” (en la traducción usa la palabra desenlace, pero quedémonos con las palabras originales de la autora). Que Víctor utilice esta palabra nos muestra que reconoce la abyección de sus actos.

    Más adelante en la obra, nos enteramos que la criatura se ha convertido en un asesino debido al rechazo y la indiferencia a la que se ha visto sometido. Es así que acaba con la vida de uno de los hermanos de Víctor, con Elizabeth, su prometida y con su mejor amigo Henry. A pesar de los asesinatos que la criatura comete, el verdadero monstruo de la obra es Víctor, que de forma muy imprudente e inhumana defiende principios que contrarían las leyes de la naturaleza y los valores familiares.

    Ocurre algo similar en la relación de creador-creatura, es muy ambigua; Víctor sí es quien crea al monstruo, pero acabo modificando su vida volviéndose un reflejo de sí mismo: en un principio la creatura vagaba en búsqueda de su creador, al final acaba siendo Frankenstein quien persigue. Y el monstruo, que siempre buscó la compañía, huye para atraer la atención de su padre. De una forma muy precaria se encuentra con su doppelgänger (otro concepto común del romanticismo inglés). El doctor, finalmente, se ha convertido en un monstruo vengativo.

    ¿Por qué “El moderno Prometeo”?

    Acorde a la mitología griega, Prometeo era el titán que le dio la vida a los hombres a partir del barro y les otorgó el fuego que había robado de Zeus. Este desafío desatinado a los límites es a lo que referencia Shelley en Víctor Frankenstein. En quién, de forma alegórica podemos entender una crítica a los avances científicos de la Revolución Industrial, la cual era una característica típica del Romanticismo inglés.

    La intertextualidad es un recurso muy recurrente en la obra, Mary logra fusionar el mito de otros autores con la perspectiva romántica. Es importante entender por qué la autora eligió este texto como fuente principal. El Moderno Prometeo fue el subtítulo que la autora escogió para su obra. Este personaje tiene dos leyendas que se le atribuyen:

    • Prometeo benefactor, que por amor a los primeros hombres roba el fuego de los dioses para ayudar a los hombres.

    • Prometeo creador, quien moldeó a los primeros humanos a partir de arcilla y fuego que robó y luego usó para darles vida.

    Esquilo fue uno de los encargados de redactar al personaje de Prometeo, que sirvió a los románticos para construir alegorías sobre el poder y la opresión. Nuestra escritora es la que llega con la innovación de unir las dos vertientes de la leyenda y resinificarla completamente. Así nace el Moderno Prometeo.

    La autora lo elige para identificar a Víctor Frankenstein porque Prometeo se había convertido en una especie de antecesor mítico del artista. Se usa el adjetivo “moderno” porque su obra es científica. Víctor se propone romper los lazos naturales de la vida y la muerte y crear una nueva especie, pero falla debido a una ambición desmedida. Shelley también hace que la ciencia se vea como una espada de doble filo, ya que este es el otro motivo por el que su arte falla. La electricidad representa a ese fuego divino por el cual Prometeo le daba vida a los primeros hombres.

    Conclusión

    Mary Shelley reúne diferentes concepciones del romanticismo y las resignifica. Ella escribe esta novela como único canal por el cual podía expresar su descontento o complacencia por un período histórico totalmente esquizoide, indiferente y aislacionista; para ella fue una forma de desahogo del papel que se le impuso: el de mujer e intelectual sumisa.

    Pero ¿es Frankenstein una obra romántica? A partir del análisis realizado se puede concliur que sí, lo es. Sus personajes cumplen con las características de un personaje romántico y los temas que trata están dentro de los aceptados en el romanticismo, trata temas relacionados con la naturaleza, los sentimientos, el individualismo y el subjetivismo, palabras claves a la hora de hablar de romanticismo. Shelley logró abarcar el espíritu romántico de la época en todo su esplendor.

    “Poets (…) are, in other sense, the creators, and, in another, the creations of their age” Percy Shelley

    Bibliografía

    1. Shelley, M. (1818). Frankenstein o el moderno Prometeo.

    2. Barrantes, P. (2207). Frankenstein y el movimiento romántico.

    3. Autor desconocido. (s.f.). Arte abyecto: el tópico romántico de la creación en Frankenstein de Mary Shelley.

    4. Shelley, P. B. (1949). The poetical works of Shelley. Oxford University Press.

    5. Literatura Pura y Dura. (2013, enero). Frankenstein y el romanticismo. https://literaturapuraydura.blogspot.com/2013/01/frankenstein-y-el-romanticismo.html

    6. Albo, A. (2008, enero). Frankenstein: Rasgos románticos. http://amayadalbo.blogspot.com/2008/01/frankenstein-rasgos-romnticos.html

    Magdalena

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