¡Franco, Franco, Franco!

...

¡Me gusta Franco!

Eso espeta alguien que busca novia en un entretenimiento televisivo. Y enfrente, alguien con dos dedos de frente, se queda de piedra.

Lo más demencial es que en la televisión se permitan elevar a categoría de televisivo a un personaje sin cerebro, sin cultura, sin decencia. Machista, xenófobo, aporafóbico.

¿Qué se pretende?

El abuelo fue...

Mientras eso ocurre con alguna audiencia, leo a personas, que pretenden presentarse como ecuánimes, pedir que olvidemos todos el pasado y miremos hacia el futuro.

¡Gran idea!

El problema es que se puede averiguar a cuanta distancia del pasado pretenden no mirar. Y claro, esto tiene su miga.

ETA es un pasado aceptable para no olvidarlo. Franco, por el contrario, si es para denostarlo, ya es asunto viejo.

Curioso el hecho de que, en buena parte, los crímenes de ETA han sido juzgados, y muchos de sus criminales han cumplido y cumplen penas de cárcel. Y, en este reverso siniestro, nada de eso ha sucedido con los crímenes de Franco, de los franquistas y del franquismo entero.

Todos los criminales que lo fueron con la complicidad de la dictadura franquista salieron impunes y ricos. Tenían seguro de robo.

Se hizo así, así se hizo, para que no se enfadaran quienes tenían el mando, y, de ese injusto modo, la transición trampa pudiera perpetrarse. Todo bien atado, ya lo saben.

Pero... "ya vale del abuelo", dicen los que se pretenden ecuánimes.

¡Que sois muy cansinos con Franco! Insisten.

Mientras, en otro rato, despotrican contra quienes pactan hoy con Bildu, olvidando quienes pactaban con esa formación en otro no muy lejano pasado (Pp), que hay, también, que olvidar.

Es evidente la asquerosa memoria selectiva de los del PP y aledaños y, por imitación, de sus fieles votantes.

Robos y más robos. Trampas electorales con financiaciones ilegales. Cloacas contra los rivales políticos. Comisiones, sobres de todos los colores. Ranas, mazones, Ayusos... y todo eso se olvida al ver a uno de Podemos promocionando aceite.

Al fin, si se ven con poca salida argumental, llegan al lema pepetuo: "Todos los políticos son iguales (y por eso voto a los míos)".

¿Qué fue el abuelo?

Sigue en el ruedo.