Agarrá con fuerza el teléfono (o la cámara, si queda algo de cordura), So.
Brazo firme, sonrisa pretenciosa, peinado parejo antes de que se desacomode mientras elegís un filtro.
Después, pegate lo máximo posible al ideal de lo que sea; tanto como lo permita la pérdida de tiempo, el enfriar de la comida, o los monólogos que nadie entiende de qué tratan (ni siquiera ellos).
Lo único que importa es ordenar lo suficiente al mundo aunque sea por un instante, para dejarlo morir prolijo en una carpeta a la que sólo accederán ciertas aplicaciones en el futuro, con la melancolía violenta, repentina y suficiente como para que se evoque el recuerdo constante de lo nunca acontecido.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.

Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión