Ellas son tan etéreas,
su belleza, tan poco duradera,
encanta a los humanos.
Son consuelo en el duelo,
obsequios para los fantasmas,
para las almas que pudieron ser mucho
y las que fueron poco.
Son disculpas, confesiones de amantes.
Por eso, sus vidas fugaces permanecen en la eternidad del recuerdo.
Las flores regaladas siempre habitan los recovecos de mi memoria.
¿Por qué se regalan más flores a los muertos que a los vivos?
¿Por qué esperar al inevitable descanso para alegrar corazones rotos?

andrómeda
Pensamientos que me atraviesan a la madrugada, mi escritura es mediocre, este perfil tiene como único fin el desahogo.
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