Finales

Hoy no acaricié a un perro, no vi a mi amiga pintarse los ojos con delicadeza ni deseé tener los labios de otra chica. No me crucé a mi vecino para esquivarle la mirada en el ascensor, no salté la baldosa floja del señor que riega la vereda todas las mañanas ni perdí el tiempo mirando aritos grandes y plateados en el bazar de la esquina. Hoy caminé contra el viento. Ráfagas de aire frío hicieron bailar mi pelo. Mis labios pegajosos dieron fruto a una mezcla extraña de saliva y brillo. Mis pestañas tomaron vida. Caminé con todo lo que soy a cuestas. Eso lo hago bien. Dejé que las cosas se desborden. Las góndolas del supermercado me dan calma cuando están desordenadas. Mis manos saben acariciar el polvo en la oscuridad. Las piernas recuerdan el camino. Hoy no arranqué las páginas de mi cuaderno ni me perdí en los poemas que escribí. Caminé contra la sequía que me atraviesa el pecho y seca el recuerdo de la chica más linda que conocí. Hoy dejé la ducha prendida para que la humedad me reviva. No corrí en las escaleras, no leí un poema de amor a escondidas, no me puse zapatos feos ni desfilé un blazer negro desgastado de tanto uso. Hoy respiré.