Φιλία
Un filósofo sabe que el lenguaje altera los conceptos. De este modo, no es lo mismo decir "philía” que decir “amistad”. En ese sentido puede ser útil partir del lenguaje mediano, es decir de esa forma de expresión que brota naturalmente en nuestra sociedad; y así en las enciclopedias de la ciencia, por las cuales los términos se difunden entre la población escolarizada, por medio del francés la philía se vincula a la atracción, a la compatibilidad, así se habla de filo-artista (alguien que siente atracción por el arte), o nucleófilo en química (una molécula con afinidad por las cargas positivas); por no hablar del uso algo excesivo respecto de perversiones sexuales.
Hoy deseo hablar de la philía, pero admito que mis conocimientos para dilucidar el concepto son limitados. No he fatigado hojas de filología helénica ni he incurrido con exageración en la literatura griega clásica (aunque algo he leído, sí).
Diré algo más antes de compartir fuentes. En la psicología contemporánea se habla de formas de amor. Así se habla de EROS (deseo sexual), PHILÍA (amistad), ÁGAPE (caridad), STORGE (fraternidad). Es más, si usted tiene tiempo puede ver divertidos videos de divulgación que hablan sobre estas cosas, a menudo se mezclan con conceptos vulgarizados como el de "amor platónico" y el griego se aplana, ¡pero es un lenguaje vivo!
No obstante, hay alturas que carecen de nombre, hay vuelos literarios y artísticos que exceden a la palabra que las nombra. Por eso recurro aquí al concepto griego de philía. Dado que existen formas de relacionarse que escapan a la “amistad” corriente incurro en este término griego. ¿Qué pasa cuando dos personas no se hablan, no se comunican, y sin embargo se sienten unidas por un extraño hilo invisible? Es muy típico de esta forma de PRESENCIA que abunda en nuestros días, me refiero a las redes sociales. Dos personas no se hablan y sin embargo conocen de todos los hechos destacables en el mes del otro, cuando fue a esa cafetería, que cumplió años, con quien lo festejó, qué escribió, qué compartió, que creó.
Ocurre que las redes sociales han estetizado la vida, y sí abundan los creadores. Incluso si nos remitiéramos a compartir un meme, hay una curaduría y un trabajo estético de construcción de la imagen (uno mismo). Quienes escribimos, quienes hacemos arte estamos más expuestos. Seguir a alguien que escribe ensayística, cuentos, o música, es una ventana a su alma.
¿Y qué ocurre cuando un buen día usted descubre que otra persona lo mira, le contesta, juega con usted? No es amistad, no es romance, es un vínculo artístico y creativo. ¿Qué es? Pienso en ese cuento de Julio Cortázar llamado Graffitti: en plena dictadura, un hombre y una mujer, sin conocerse juegan a pintar las paredes de la ciudad con graffittis. La historia es conmovedora. Finalmente, no se conocen… ¿Pero significa que sus emociones fueron menos reales?
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Volvamos al concepto de philía. En el Lisis Platón la define como una relación entre iguales (aunque se sorprendería que quien le pregunta a Sócrates está claramente atraído eróticamente por un jovencito), el punto es que son iguales en dignidad. Por eso se vuelca a menudo como amistad. Así, una relación de philía es una relación entre pares de iguales no excenta de deseo (no necesariamente sexual). El problema de la amistad de nuestros días es que, equivocadamente, parece despojarla del deseo. Como si los amigos no se desearan. Como si la amistad fuera un tránsito de compañerismo despojado de sentimentalismo. De hecho, confesarle a un amigo un "fato afetivo" se siente como un desatino. Pero claramente, entre amigos hay tensiones, diálogo, conflictos, competencias, rivalidades, deseo de seducir, de fascinar. Y en ese sentido es que Platón habla de filosofía, como el de un jaloneo hacia algo deseado. Se "ama el saber", se es "amigo de la sabiduría".
Algunos años después, Aristóteles lo sistematizará aún más. Dirá que hay tipos de philía, imperfectas y solo una perfecta.
1) Por placer (Compartimos algo que nos produce felicidad, como por ejemplo ir a ver recitales)
2) Por utilidad (El intercambio es beneficioso para una o ambas partes, de ese modo se obtiene algo que a ambos les resulta necesario)
3) Philía perfecta: se desea el bienestar del otro, al margen de que ello me reporte placer o bienestar. Esto demanda virtudes morales, para incluso estar dispuesto al sacrificio (Sí, a Kant esto le encanta).
De modo que tenemos aquí delineado dos rasgos clave de la amistad: debe ser entre iguales, se desea el bienestar del otro (esto es SU BIEN), es desinteresada.
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Hay amistades excepcionales que no requieren de contacto. Y no se vaya a creer que eso lo inventó Facebook. Pensemos, no sé, en Erasmo y Tomás Moro, allá por el siglo XVI.
El punto es que allí hay desafío constante por parte del otro, una suerte de rivalidad; pero también necesidad de velar por el amigo. Si este se hundiera ya no querría jugar con nosotros. A la plantita de la amistad hay que regarla, y acaso en primavera ofrezca alguna que otra flor. Volviéndome algo banal: hay otras amistades como las de Lennon y McCartney, fecundas, creativas, intensas, pero estas siguen siendo amistades en sentido corriente, hay otras amistades más raras. Como la de los propios Beatles y los Stones. Donde se copian, conversan, ironizan; no se trata de un laboratorio íntimo de la cercanía. Es una especie de mensajería que viene cada tanto.
Al final llamarlo philía es un modo de extrañamiento. Una manera de decir “no, no somos amigos, pero somos algo y no sé qué”.
Lo hermoso es que en estas clases de amistades elevadas queda luego para que todos vean los poemas, y la música.

Bonchi Martínez
En este perfil podrán encontrar artículos ensayísticos, estudios de autores, cuentos y poemas
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