Feliz cumpleaños

Hoy es mi cumpleaños

No sé por qué,

pero cada vez que llega,

algo se rompe un poco.

No me emociona. Me pesa.

Me pongo sensible.

Como si celebrar fuera una forma rara de doler.

Pienso en los que esperan su cumple con ganas,

los que lo viven como fiesta. Los envidio.

¿Cómo hacen?

¿Qué sienten?

¿Dónde lo aprendieron?

¿A quién esperan que yo ya no?

Yo me entrené para no esperar.

Ni saludos.

Ni abrazos.

Ni amor.

Para que no duela tanto ver que no llega.

Para que no me aplaste el silencio de otros.

Como si decir “no me importa”

fuera un escudo contra la tristeza.

Mi mamá pregunta si vamos a hacer algo.

Le digo que no.

Y aunque una parte de mí quiere decir “sí”,

prefiero mentir.

Me cuida más.

Quizás no venga nadie.

Y quizás esté bien.

Porque al menos, así,

no me decepciono.

Solo duele un poco,

pero duele dentro de lo esperado.