Un día, volteas a mirar y la silla está vacía, pasan el tiempo y el hueco sigue...
Dejaron de ser 2 tazas,
los horarios cambiaron
y tu noche es mi día y tu mañana es mi sueño.
El perfume se dispersa hasta fundirse con el ambiente y huele a nada.
Las llamadas se sienten vacías aunque más de uno balbusee.
El cajón aparca otro auto, de otro color, de otra forma.
El rumbo se perdió y no hay dirección pero todos intentan seguir.
Mi cuaderno no tiene más notas escondidas,
los te quiero llegan con cada eclipse y eso, si tengo suerte.
En el pasillo no hay más coincidencias,
y si el elevador se abre, siempre está vacío.
Tu gata tiene otra casa.
Olvidaste tus anteojos y se ve tan diferente.
El ruido ya no es estridente, tu risa ya no me molesta
porque no te escucho más.
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