Me vas a extrañar
porque mi ausencia
se siente
como mi propio fallecimiento.
No es un simple adiós
no es una despedida
con promesas de reencuentro.
Es la muerte en vida
la desaparición absoluta
como si me hubieran borrado del mundo
sin dejar cenizas.
Mi ausencia se siente
como la de alguien que muere,
así de pesada
así de fría
No habrá despedidas dulces
no habrá un último roce de piel,
solo el eco de lo que fui
resonando en tu mente
como un fantasma.
No el tipo de fantasma
que susurra nombres en la oscuridad,
sino el que se aferra al pecho
y no deja respirar
el que pesa
como un cadáver sin sepultura,
el que carcome desde adentro
sin dar tregua.
No habrá señales de mí.
No habrá notas escondidas
en cajones viejos
ni ropa olvidada
con mi olor
ni mensajes
esperando ser leídos.
No seré alguien que se fue,
seré alguien
que dejó de existir,
como si nunca
hubiera estado aquí,
como si cada recuerdo mío
fuera solo un mal sueño.
Me vas a extrañar
y no será un anhelo dulce,
no será una tristeza pasajera
en una tarde gris.
Será un peso muerto
sobre tu pecho
cuando intentes dormir,
será un nudo en la garganta
que no se disuelve con nada.
Será la sensación
de estar atrapado
en una casa vacía,
escuchando el eco de mis pasos
que ya no existen.
Buscarás mi voz
en las sombras
de conversaciones pasadas,
pero solo encontrarás
silencio
un vacío brutal
un abismo
que no se llena.
Buscarás mi sombra
en los rostros de extraños
pero todos
serán desconocidos,
todos
tendrán ojos vacíos,
todos
te recordarán lo que perdiste.
Intentarás distraerte
llenar los espacios
con nombres nuevos,
con cuerpos cálidos
con risas ajenas
pero mi ausencia
seguirá ahí,
sigilosa
inamovible,
como un fantasma
que no se va
como una herida
que se niega a cerrar.
Y te va a pesar más,
porque todo el mundo me recordará.
Todos notarán mi ausencia
y te lo dirán
una
y otra vez
sin piedad.
Y eso
será un peso
que en la espalda
vas a cargar
una losa
que no podrás soltar
una culpa
que no podrás esquivar.
Aunque no quieras
me vas a extrañar.
Aunque intentes
arrancarme de tu memoria
seguiré ahí
incrustada
como un clavo oxidado.
Podrás negar mi nombre,
podrás convencerte
de que no significo nada,
pero el vacío que dejé
te seguirá como una sombra.
Y cuando creas
que me has olvidado,
cuando jures
que mi ausencia ya no duele
algo
alguien
una voz
un susurro en la calle
te recordará
que sigo aquí,
no en cuerpo
no en voz,
sino en la falta
en la pérdida,
en la nada
que ahora
ocupa mi lugar.
El tiempo
no lo curará,
porque el tiempo
no puede revivir lo que está muerto.
Y yo
estaré muerta para ti.
Muerta
en cada rincón
donde me busques
y no me encuentres.
Muerta
en cada palabra
que no pudiste decirme a tiempo.
Muerta
en cada madrugada
en la que te desveles preguntándote
cómo se siente cargar
con un fantasma que nunca podrás
volver a tocar
Me vas a extrañar
porque mi ausencia
no es solo un espacio vacío.
Es un peso
una lápida
sobre tu pecho,
un frío
que te calará hasta los huesos,
un espectro
que se aferra a tu sombra
y nunca
desaparece.
Así de pesada.
Así de fría.
Así de eterna.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.


Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión