Te duele el alma cuando te tienes que ir cuando menos quieres, porque las cosas son así, aveces ganas, aveces pierdes.
Me hubiera gustado ganar. Cuando te conocí sentí que lo hice, mis ojos se llenaron de estrellas que se transformaron en cicatrices, pero ninguna me dolió, porque tenía tu amor, el que se extinguió, y llenas de lágrimas evaporadas el mío murio, ya que el tuyo dejo de abrazar mi corazón, y alguien nuevo llegó.
Se que duele, lo se porque mientras no estuviste mis mariposas cambiaron de dirección hacia un nuevo corazón, y las tuyas cortaron sus alas sin tener alguna razón.
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