Extinción

Te Amé Mientras Me Extinguías

Ni siquiera te amo…

no con la fidelidad del amor que te tuve.

Tu nombre…

explotaba en mi pecho

un Big Bang cruel y feroz.

Amaba cada letra…

cada trazo de ti…

esa u que se curvaba como una sonrisa…

la mentira más dulce

en la que quise vivir.

Te amé ciega…

sin miedo…

sin saber

que tu amor sería el cuchillo

que partiría mi alma

en mil pedazos.

Eras luz…

y sombra.

Los pétalos de mi flor favorita.

El oro que ardía en mis atardeceres…

la fresa que anhela un buen postre en verano.

Amaba tu voz…

cómo decías mi nombre…

esa melodía

que me arrancaba el silencio.

Amaba tu cabello…

tu presencia…

pero me destrozaste con calma…

como quien rompe un cristal

sin prisa…

sin ruido.

Me desarmaste sin palabras…

con ausencias

que dolían más que gritos.

Me borraste poco a poco…

como si limpiaras el polvo de un espejo…

hasta que dejé de existir

en tu reflejo.

Y sin embargo…

te amaba.

Te amaba…

sabiendo que me matabas.

Te amaba…

mientras me apagabas.

Te amaba…

mientras me destruías.

Quise que fueras mi último…

pero fuiste la tormenta

que arrasó mi mundo.

Yo te miraba como a un diamante eterno…

con devoción…

con esperanza.

Pero tú solo viste un cristal roto…

frágil…

reemplazable…

invisible.

Brillé un instante…

y me quebré

en tu indiferencia.

Decías amarme…

pero tu amor fue un eclipse fugaz…

un fuego que quemó…

para luego extinguir.

Te llevaste todo…

mi risa…

mis ilusiones…

mis años…

mis ganas de vivir.

Me mataste sin manos…

sin sangre…

sin justicia.

Ahora cargo esta condena…

querer amar como antes…

y descubrir que esa llama

murió contigo.

No sé cómo engañé a mi mente…

cómo entregué todo lo que era…

a una ilusión

que nunca fuiste tú.