Rubí de fondo y lágrimas cargadas de afecto.
Nuestro romance, siempre musicalizado,
porque al descubrirnos reconocimos la misma melodía
en cuerpos opuestos.
Desde la primera vez que nuestras miradas se cruzaron
en tu departamento aquel verano,
nunca dejamos de pensarnos,
nunca logramos separarnos.
¿A donde vamos existe un mañana para nosotros?
Donde tus chistes achinan mis ojos
y tus brazos me protegen del mundo.
Fui la primera en preguntar si me querías
con la cabeza recostada en tus piernas,
y la que te escribió un poema para decirte te amo.
Fui quien movilizó tu corazón,
la que desempolvó tus sentimientos dormidos,
la que consiguió que prefirieras la compañía
antes que la comodidad de tu soledad,
la que logró que le pusieras mi cara
a todas las letras que hablaban de amar.
Tengo miedo de decirte hola
porque no quiero pasar por otro adiós.
¿Esta fue nuestra última lección de amor?
Solo deseo el refugio de nuestra compañía,
en la cama un domingo, iluminados por el color de la primavera.
Es que cuando estamos juntos
el sol pega distinto,
la comida tiene mejor gusto,
las series se ven diferentes,
y el mundo es un poco más justo.
Todo lo que sentimos
es tan difícil de encontrar.
Pero volamos tan alto
que la caída a veces cuesta evitar.
Fuiste lo mejor y fuiste lo peor.
Y ahora,
el espacio vacío de nuestros hábitos rotos
se llena de todo lo que no nos decimos.
¿Qué pasa si contesto tus mensajes?
¿Si levanto tus llamadas?
¿Si cedo ante mi deseo?
Solo quiero ser tuya y que vos seas mío.
Porque no hay sonido más perfecto
que el de nuestras voces
diciéndose te amo.
Tu mano que tiene el tamaño perfecto para rodear a la mía,
Y el calor de mi presencia cuando estás triste,
como lo único que te abriga.
Besarnos en tu sillón,
donde las horas parecen minutos
y todas las canciones de amor
cobran sentido cuando estamos juntos.
Las emociones que escondemos
flotan en la superficie del océano
que creamos al separarnos.
Miranos ahora:
solos otra vez,
acostumbrándonos a dormir sin abrazarnos
cuando antes nuestros cuerpos
se unían como el rompecabezas más perfecto.
Tanto tiempo caminaste solo sin que te entendieran
pero llegué yo,
con mis palabras que son las que tienen sentido cuando un consejo necesitas.
Yo soy conocedora de tus facetas cuando nadie te ve,
de tus debilidades
y de tus fragilidades.
Y sin buscarnos
nos encontramos
creando un mundo que era solo nuestro.
¿Recordás cómo no estabas acostumbrado
a hablar todos los días con alguien?
Te odiaban porque jamás respondías,
pero después empezaste a despertarte
para escribirme un buen día
y a despedirte todas las noches
antes de dormirte.
Yo, por mi parte
solo quiero quedarme
con la cabeza recostada en tu pecho
oliendo tu perfume hasta dormirme.
Nunca entiendo si lo nuestro está muriendo o reviviendo.
Y es que nadie te conoce como yo,
y supongo que por eso, también,
terminás volviendo.
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