exangüe

El corazón me bombea si te veo, las entrañas me carcomen con ansia y mi mente está tejiendo historias de vidas entrelazadas. Solo quiero arrancar mis ojos, y con mis cuencas vacías confiar ciegamente en tus palabras que aún puedo escuchar, pero con lo que el arte te mueve y mi voz que opinión carece, te daría mis orejas de ofrenda, para que como lienzo aquellas utilices pintes las noches estrelladas que me prometiste una y otra vez. Aún no puedo entender cómo la genuinidad puede fingirse tan genuinamente que hasta puedas hacerme sentir por un rato que yo misma soy genuina, a menos que fácilmente esta se confunda con la farsa. Me hiciste prisionera de la rutina que creaste y me hiciste conformarme haciéndome creer que era nuestra. Toda una vida por delante hiciste imaginarme con el único detalle que la mía arrebataste. Mis pulmones cargan con el peso del pasado; si respiro hondo me canso y si exhalo aún así mis pulmones toman un calo por cada vez que lo hago y no permitir que mi cuerpo quede desecado, que nadie recuerde, además de vos, que realmente no te importaría más que agregar una anécdota más en tu historia para crear tu imagen de salvador y hombre fuerte. Estoy enredada en un laberinto sin tiempo ni espacio, ya no sé dónde queda el presente y el pasado, y en el futuro no creo si es el mismo que ahora estoy viviendo. Ya no tengo recuerdos ni tiempos. No sé dónde estoy parada, ni a dónde voy; a veces dudo hasta de dónde vengo y si realmente a alguien le interesa de dónde provengo. Dudo de mi origen, de mi régimen, dudo. No tengo qué hacer, ni de qué hablar. Mi vida estancada en alguna calle que ni recuerdo debe estar. Mi existencia está estancada en avenidas olvidadas. Al final del día supongo que a nadie le interesa nadie además de salir beneficiados ellos mismos, a pesar de que deseo ojalá ser la primera opción de interés propio de alguien. No tengo quién me avale. El amor dudo si existe, al fin y al cabo lo único que viva me mantiene es la idealización de un mundo mejor. El mismo se desvanece en la ilusión de este increíble mundo que ansiamos al mismo tiempo que la honestidad se difumina entre sombras de incertidumbre. Mi cuerpo y mente están exangües. Mi ser exhausto clama por liberación, por sentir el calor que tanto anhela en su gélido letargo. Si entendieras que mi sangre no corre solamente por mis venas esperando que vengas, que solamente se queda estancada, helada, con ansias para explotar y ser liberadas para poder secarse sobre algún suelo caliente y al fin poder sentir algo de calidez en su frío hábitat a pesar del dolor y sufrimiento que conlleva, a pesar de la resignación cotidiana, a pesar de estar acostumbrada y a pesar del pesar.