eterno agradecimiento

Y en el fondo de mi sensatez, se esconde un brillo, una cálida brisa que conmueve este perplejo ser, el avistaje de tus ojos reposando sobre mi, el silencio de tu alma, el abrazo de tu piel a mi piel, las caricias matutinas, y tu eterno recuerdo.

El recuerdo de haberte querido con cada parte de mi, el recuerdo de haberte deseado tanto tanto, que seguramente hayan quedado retazos de mi sobre tí.

El sol sale y caen las estrellas, la chicharra canta, me remonto a un verano árido en tu casa, tu aire no funcionaba bien, nos morimos de calor, ya no sabemos bien qué hacer. Recuerdo mirarnos a los ojitos, 18 años de edad, qué sabíamos todo lo que nos esperaba. Tu ternura conmovió todo en mi, lo sigue haciendo.

Pasó el tiempo como pasan las hojas sobre mi ventana, te sigo pensando, poco, pero lo hago, al fin de cuentas, ¿no es acaso eso lo importante? El lazo que nos unía se termina por consumir, y el arcoíris luego de la tormenta se asoma, e ilusa me he aferrado tanto a tu chaparrón, que no me he dado cuenta que ya no tengo nada de vos.

El silencio otorga dicen muchos, más bien el silencio es la tranquilidad de nuestro tesoro escondido, resguardo lo bueno, lo lindo, lo tierno. Ese es mi recuerdito de vos. Toda la ternura habida y por haber ya que eso fuiste para mi. Sin más que decir. Te agradezco.