Estocolmo
Desde la cama veía la luz del faro alumbrar cada gota de lluvia que caía rápidamente, la música clásica sonando de fondo; la canción se había repetido por séptima vez desde que él se fue. Estaba tan asustada como para quedarme tranquila, pero aun mas como para salir de la habitación; por primera vez en cuatro días había dejado la puerta abierta, ya no estaba atada a la platina de la pared; no escuchaba pasos desde la mitad de la primera canción. El olor a tierra mojada se había transformado en sinónimo de libertad.
Al mirar por la ventana note que su auto no estaba afuera. ¿acaso se había ido? ¿era esta mi oportunidad? Pero, ¿y si solo era una trampa? Quizás solo metió el carro en el estacionamiento y está esperando que salga. ¿pero que si me equivoco? O ¿se aburriría de mí y me dejaría ir?
Se había repetido la canción por novena vez, estaba parada en la puerta de la habitación, la luz del pasillo resaltaba lo impecable que estaba cada rincón de la casa, veía una silueta sentada en el segundo sofá de la sala y otra sentada a su lado con un sombrero, pero solo eran carla y freddy, los había cambiado de posición, por primera vez. Grite su nombre tres veces seguidas “ Anthony, Anthony, Anthony” pero no respondió.
Camine lentamente hasta llegar a la cocina, un pequeño ramo de girasoles resaltaba el color del empotrado. Frente a la cocina estaba la puerta de la habitación de Anthony, te todos los lugares que me llevaba a conocer de la casa, jamás me dejo entrar a su habitación. Era mi oportunidad de escapar ¿por qué pasaba por mi mente detenerme y entrar? En cualquier momento regresaría y para ese momento ya no podía estar aquí. Pero, ¿que ocultaba?
Seguí caminando hasta la entrada, la puerta no tenia pasador, la abrí y sentía como las gotas de lluvia mojaban mis piernas. Pero me devolví, la curiosidad de saber que había en esa habitación me estaba haciendo cometer el peor error de mi vida .me di la vuelta y me pare frente a la puerta, la empuje y asome mi cabeza lentamente; por mi mente habían pasado millones de razones por las cuales nunca dejaba entrar aquí; pensé que tenía armas, el cadáver de alguien, o quizás a otra chica secuestrada, pero nada era así. A diferencia de toda la casa, su cuarto era el único lugar que poseía la suciedad nunca antes vista en un solo lugar; el olor no era tan penetrante como pensarías; lo que mas resaltaba era la cantidad de cajas de comida sobre la cama y el piso, las botellas de refresco y las envolturas de las chucherías, chicles pegados en las paredes y lo sucio que estaba sus cubrecamas, al igual que las manchas de vomito en sus paredes; todo era un completo desastre. Sobre su peinadora había un espejo, el único de la casa, y lo único limpio en la habitación
Tenia lo que me presumía año y medio sin verme en un espejo, así que entre a mirarme en él; quede casi igual de sorprendida al darme cuenta que estaba impecable, mi cabello, mis dientes, mi piel, mi cara parecía de porcelana; incluso cuando hacia mis intentos fallidos de skincare a lo largo de mi vida, mi piel llego a quedar de esta manera. Mi ropa estaba bien, era la combinación correcta de colores y mi estilo personal. Estaba tan confundida ¿por qué aquí adentro parecía la habitación de alguien con síndrome de Diógenes y todo afuera un episodio de limpiadores compulsivos? ¿cómo lograba mantenerse en forma con toda esa cantidad de comida chatarra que comía? ¿y por qué a mí solo me daba comida saludable.
Sali de la habitación y cerré la puerta, me dirigí a la entrada y sali hasta el porche; las gotas cayendo por toda mi piel era una sensación indescriptible, el olor del aire fresco era todo lo que deseaba ver en todo el tiempo que estuve aquí. Camine hacia la otra puerta que daba a la calle, tome la manilla y la gire, cuando creí que podía dar un paso me congele. Solo me quedo mirando fijamente mis manos sosteniendo la manilla de la puerta, mis unas estaban impecables, mis unas estaban largas, nunca había logrado que eso sucediera. Una sensación extraña se apodero de mi y me hice la siguiente pregunta: ¿realmente quiero irme de aquí?
¿Qué pasaría luego de cruzar esta puerta? ¿iría a la policía? ¿Denunciaría un secuestro al que nadie había puesto una denuncia en un año y medio? Llegaría a la estación de policía y les diría ¿qué? Mi ropa no tenía ni un solo agujero, mi cabello parecía recién salido de peluquería y mi peso era el ideal para mi estatura, no tenía ni un solo rasguño y lo único fuera de lugar, era no llevar zapatos, he incluso la unas de mis pies estaban en perfecto estado ¿quién creería algo así
Entonces no llegaría a la policía. Iría a mi departamento ¿pero a quien quiero engañar? Ha pasado mucho tiempo, claramente me habían desalojado y mis cosas habían sido vendidas en una venta de garaje o donadas a alguna fundación. Llegar como si nada en esta condición no cambiaría nada. posiblemente alguien más este viviendo ahí, quizás una pareja joven sin hijos; o una con su primogénito. Quizás conservaron a Ares y lo alimentan al igual que hacía yo.
Pensé ir a la casa de alguna amiga. Pero no tenía ninguna. Desde que llegue a este lugar me había enfocado en trabajar y estar encerrada en mi departamento en los días libres; y hacer amigas no era mi fuerte. Mi circulo social se reducía a mi gato, mi cactus y la señora __ del 2b; con la cual compartía unas agradables charlas mientras bajaba el ascensor y caminábamos hasta la entrada del edificio. Llegar a su departamento sería una opción, si no hubiese muerto dos noches antes de lo ocurrido. La consideraba mi amiga, y creo que ella a mi igual, y no pude asistir a su funeral; aunque creería que entendería el porqué.
Alguien del trabajo tampoco seria opción, había tratado tan mal a todos; que me impresionaba que aun así tuvieran la decencia de bajar la voz al decir que era una perra envidiosa y que ojalá me pudriera en el infierno. Imagino lo feliz que han sido durando todo este tiempo gracias a mi ausencia.
Entonces, llegaría a la casa de algún familiar ¿pero a cuál? Había huido lo mas lejano de cualquier vínculo familiar posible, la persona más cercana quedaba kilómetros de distancia, y yo no tenía ni un solo bolívar para llegar al centro de este pueblo. Sin embargo, prefería dormir en la calle que pedirle ayuda a mi madre, la cual no dudaría en buscar veinte razones por lo cual lo sucedió había sido mi culpa, y por supuesto después hacerse la victima preguntando que tan mala madre había sido para tenerme a mí como hija. Diría que de seguro estaba provocando a aquel hombre, que posteriormente decidido secuestrarme; y era lo único que no podía negarle.
El sábado 03 de agosto del 2024 decidí salir de mi departamento a eso de las 8:33pm, iría a comer una hamburguesa y porque no, comprar algo de beber. Era solo un sábado cualquiera, que pasaría nuevamente viendo un mataron de series que solo dejaría en mí una migraña el día siguiente por no dormir en lo absoluto. Entonces Sali a hacer “algo diferente”. En este lugar no había casi lugares a donde ir, mi idea principal era comprar una botella y tomarla sola en mi habitación mientras escuchaba cual porquería en YouTube y el señor del 3C se quejarse por el ruido.
Sali de casa y camine algún par de cuadras. Entre a un restaurant de comida rápida, no era para nada buena, pero podía conseguir ambas cosas. Mientras hacia la fila para pedir, llamo mi atención un chico sentado en la mesa del centro, pero lo que había llamado mi atención era la cantidad de comida en su mesa, estando solo él; que fuera para llevar hacia que tuviera algo mas de sentido.
Recibí mi pedido y Sali del lugar, mientras esperaba afuera un taxi para irme a casa, escuché como una voz grave dijo:
- A esta hora los taxis cobran seis dólares ¿puedes creerlo? - volteé inmediatamente y era el chico de la comida a lo que respondí –
- si, es una locura, en realidad no es tan tarde- y sonreí –
- tendrás una buena noche por lo que veo, esa botella es muy buena – dijo mientras se acercaba lentamente –
- No tanto como tú, me parece. Tendrás todo un banquete – dije mientras sonreía y miraba sus dos bolsas de comida-
- Si, sin duda. No te equivocas. Me llamo Anthony, es un placer. – estiro su mano para presentarse-
- Soy Paula. Un placer – estrechamos nuestras manos, y llamo mi atención lo suaves que eran-
- mi taxista de confianza no tarda en llegar ¿Dónde vives? Puedo decirle que te lleve hasta allá. Yo pago. Al menos que quieras ser parte de mi banquete. En ese caso está invitada.
La respuesta obvia era decirle que no, que pronto llegarían por mi y que estaba halagada por la invitación. Pero no lo hice, acepté luego de que insistió la segunda vez. Pensé que cualquier cosa seria mejor que pasar toda la noche borracha en mi cuarto comiendo una hamburguesa. Me deje llevar por la delicadez de su voz, su cabello negro con corte militar, su amabilidad y tranquilidad al decir las cosas. Anthony no parecía mala persona. Claro que me equivoque.
Subí al taxi que efectivamente era de confianza, al subirse lo saludo como si un amigo de toda la vida se tratase, me presento y le conto sobre su día de trabajo. Al pasar la segunda cuadra me cuestione la estupidez que era estar en un auto con dos completos desconocidos; pensé que podría hacer para defenderme en caso que algo pasara. Tenía la botella en la mano derecha, apretándola tan fuerte como pudiese y mi teléfono en la izquierda. Entonces decidí que debía bajar en ese momento, pero en menos de 15 minutos ya habíamos llegado a su casa. Era blanca con un portón gigantesco, y un pequeño jardín en frente, ya no había vuelta atrás.
Aún recuerdo lo amargo que se sintió cuando al llegar a su casa no había nadie más ahí. Como me relaje al ver que llegaban algunos de sus amigos. Lo bien que me sentí al socializar con ellos y poder ser yo misma sin haberlos visto nunca antes. Y el miedo que recorrido mi cuerpo cuando la mañana siguiente al decirle que me iría a casa dijo “No, lo siento paula, no irías a casa” y escuchar como cerraba la puerta con variedad de pasadores desde afuera. ¿pero qué pasaba conmigo? No grite, no lo contradecía, no corrí a la puerta, no le rogué para que no lo hiciera, incluso nunca le pregunte porque lo hacía, no pedí ayuda por la ventana, la cual a pesar de estar cerrada lograbas ver claramente a la calle. Solo me tumbe en el piso a llorar por horas; y pensar la cantidad de insultos que me diría mi madre si se enterase de esta situación. Quizás me diría que lo merezco y quizás, sea cierto.
Pase horas llorando, pensando en la infinidad de cosas que él podía hacerme. No tenia miedo a morir, tenia miedo de que me dejara con vida he hiciera conmigo hasta lo imaginable. ¿sería acaso que me vendería? ¿había caído en una trata de blancas? ¿cobraría para que sus amigos abusaran de mí? ¿lo haría él? ¿me torturaría? ¿cortaría mis extremidades y las guindaría frente a mí? ¿acaso haría como el sujeto de aquel libro que una vez leí? ¿El cual arranco el ojo de la chica y días después la penetro por el agujero mismo? ¿Qué tal si también lo había leído? O era un fan del juego del miedo que recrearía las escenas conmigo. ¿Era la única en esta casa? Sin duda no era la primera vez que hacía esto.
Al pasar los días, cuestionaba completamente mis ideas. Antony no había hecho absolutamente nada que se pudiese considerar como malo (si obviamos el hecho de haberme secuestrado)
Los primeros días entraba a la habitación, pero primero tocaba la puerta, esperaba que respondiera y el pasaba. No se realmente que pretendía con esto, estaba amarrada a la pared, con una cadena lo suficientemente larga para llegar al baño, incluso a la ducha, donde ponía toallas nuevas cada dos semanas. Había un buen shampoo, acondicionador he incluso una maquina de afeitar, toallas diarias y para la menstruación. Para la cual recuerdo traía compresas calientes para mí. al igual que lavaba el baño 1 vez a semana. Mientras lo hacía me daba una revista para leer y me actualizara sobre lo que pasara afuera. Esperaba que me duchara y vistiera, el elegia la ropa, pero nunca me vio desnuda, solo decía que el quería peinarme y aplicarme crema en la cara durante las noches.
Recuerdo incluso una vez cambio las cadenas por algo con recubrimiento de goma, al darse cuenta que el óxido le hacía daño a mi tobillo.
Incluso las tres veces que lo golpee el solo dijo “está bien paula, lo entiendo. Te entiendo. Volveré luego” salía de la habitación y me dejaba libros nuevos. Lograba hacerme sentir mal por algo que en definitiva no era mi culpa, me hacía sentir malagradecida por los buenos tratos que, a lo largo del tiempo, el me había brindado. No tenía sentido, el me había secuestrado ¿y yo me sentía mal por él?
Regresaba horas después con la comida lista. Una vez le pregunte si era chef; no respondió, pero sus habilidades culinarias no estaban mal. No sabría decir a cuánto tiempo fue, pero se que una noche preparo una cena romántica. Fue la primera vez que me dejo salir de la habitación. Me llevo hasta la cocina con los ojos vendados y dijo que tenia una sorpresa, que quería presentarme a algunas personas. por unos minutos pensé que se trataban de personas reales. Claro no era así.
Me destapo los ojos y dijo
- Ellos son carla y freddy. ¡Son mis romíes! - pasaron seis segundos cuando soltó una carcajada y dijo – No es cierto pau, solo es un trabajo que cancelaron a ultima hora y ahora están aquí. – yo estaba en blanco-
- ¡oh! ¿Eres escultor? Ya veo, creí que erasEsto chef – estaba tan nerviosa que dijera lo contrario y fueran personas reales-
- ¡por supuesto! ¿Qué pensaste? Ellos son los papas de alguien. Personas con dinero que pagan por cosas tontas y luego no vienen a retirar. Pero bueno, a comer. – extendió su mano señalando a la mesa-
Sobre la mesa se encontraba un mantel color pastel, unas velas, y un plato de comida que se veía exquisito. Había también unos girasoles, tenía años sin ver unos.
- ¡girasoles! Son mis favoritos. Son muy lindos
- si, supe que lo eran. Lamento si te molestase que revise tus redes sociales. Quería saber mas de ti. También prepare tu plato favorito. Es pasticho
- ¿Pasticho? ¡Pues gracias! Es lindo de tu parte, supongo.
Había pasado un año y medio y jamás entendí porque hizo esto ¿Cuáles eran sus razones? ¿había perdido a alguien especial e intentaba reponerlo? No entraba en mi cabeza por qué no hizo nada malo. De haberlo hecho sería más fácil de entender, la maldad humana y la cantidad de trastornos ocasionados por traumas lleva a las personas a hacer cosas sin sentido. Pero ¿qué sentido tenía secuestrar a alguien y enfocarse única y exclusivamente a cuidar de esa persona? ¿Qué pasaba por la mente de Anthony? ¿Qué estaba mal con él?
Había días que despertaba y olvidaba por completo que estaba ahí en contra de mi voluntad. Y noches en las que dudaba de mi estabilidad mental al pensar en Anthony de manera sexual. Él nunca me había sexualizado; pero al sentir sus manos tocando mi cabello, al peinarlo. Al sentir sus dedos frotando mis mejillas, mientras que me miraba fijamente y me contaba algo sobre su niñez, recorría por mi cuerpo un sentimiento de lujuria; el cual intentaba calmar en las noches por mi cuenta, imaginando que entraría a la habitación deseoso por hacerme suya; y yo no pondría resistencia alguna.
Pero durante el día, al leer las revistas y noticias solo pensaba que sería de mi vida si no estaría en ese lugar. ¿acaso ya me hubiese mudado de departamento? ¿conseguiría una casa propia donde tenga mi estudio de pintura? ¿estaría en un nuevo empleo? uno mejor donde pagaran un mejor sueldo y pudiese cumplir mi sueno de viajar fuera del estado. Pensaba mil maneras de como mi vida hubiese mejorado de no haberme montado en ese taxi esa noche.
Pero estando ahí, parada frente a la puerta, girando la manilla lentamente a las manecillas del reloj, mientras que pies sentían el frio del cemento y la lluvia cayendo sobre mi cabello. Solo pensaba ¿Qué seria de vida si me voy de aquí? No tenía a donde ir. Anthony había sido la persona que mejor me ha tratado desde que tengo memoria. Y mi vida realmente nunca fue tan buena.
Escuche un auto llegar al otro lado de la puerta, reconocería el sonido donde fuera. Espere unos segundos, escuche la puerta del auto sonar y sus pasos acercándose. Terminé de girar la manecilla y abrí la puerta.
- ¡Pensé que no volverías!

Lefy77
Después de tanto tiempo, tome la decisión de compartir lo que escribo. - Thriller -Reflexiones -Poesía
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión