Estaciòn colibrì

Hoy ya es sábado 9 de marzo, estoy creando, pensando, ordenando trabajo y como si un travieso colibrí lo hubiese traído en su pico, aparece ante mi este texto que escribí hace ya dos años. No dudo en compartirlo y titularlo Estación colibrí, porque creo estar ahí, donde siempre se me acercan y me señalan las puertas que se van abriendo…

 Magü, es la perfecta simbiosis entre artistas. Cuatro manos, dos almas que son una sola manifestándose en el lienzo, un par de corazones en la misma sintonía. Una única y rítmica melodía, la danza de pinceles y colores y esa magia que llega cada vez y me envuelve.

She (1), es una de sus obras. El 8M de 2.021 la vi por primera vez. Boca roja que guarda las palabras justas, intensa mirada que refleja el rostro del amor profundo y la mano sobre el pecho en un abrazo protector, signo de cuidado y respeto.

Hace unos días volví a verla sobre una pared, mientras escuchaba un relato en la voz de su autor. Relato, por otra parte, que leo y releo una y otra vez, pero que obviamente, esta vez sonaba distinto. El eco, la impronta emocional, que les da su creador no pueden ser superados por ninguna otra versión. Y descubrí, que Ella, She, se volvía esas otras letras escritas por el mismo, que desde hace un tiempo se hacen bucle en mis oídos …” El colibrí apareció y se quedó suspendido a su espalda sobre unas flores” …

Entonces el acrílico fue pájaro. Color, vuelo etéreo, casi la materialización de un sueño. Ese colibrí que llenaba el aire de interrogantes y dejaba caer un perfumado rocío de eterna belleza dónde una puerta se abría …

Hoy es día de homenaje, conmemoración, lucha, resistencia, fuerza y dignidad. El colibrí no cesa su vuelo. Aunque en apariencia frágil, nada impide que sea libre, para él no existen jaulas. Y aunque caiga la más fuerte de las tormentas, siempre volverá y lo verás surcando el azul celeste.

Una fecha que además dejó huella imborrable en mi esencia. Vengo de un amor de esos infinitos e inquebrantables, que comenzó a crecer un 8 de marzo. Baile de carnaval, una noche del 59 y el comienzo de un noviazgo que desafía las leyes naturales y perdura más fuerte que nunca entre el cielo y la tierra. ¿Alguien puede dudarlo? Sigo viendo el brillo en los ojos de mi madre cada vez que lo nombra y si pienso en mi padre un rayo de luz siempre la ilumina. Del mismo modo, un colibrí cada día visita el jardín.

 (1)She ( Ella de Magü_ Pedro Alonso O´choro  y Tatiana Djordjevic_ pintura, acrìlico, brillo,pan de oro, agua de Madrid y palito de aceite )