Espíritus frágiles

Llovía tanto afuera, llovía? Fue caminando por las calles eternas con su paraguas, esperando ser protegida de esas gotas ácidas que provienen de las cosas tristes de la vida. Estaba huyendo de todo lo que sentia que no podria enfrentar, pero tuvo la dicha de hallar una fiesta, la de los espíritus frágiles.

Luces y guirnaldas filtraban falsas expectativas por los rincones de ese lugar manteniendo la fantasía anestesiada de los que estaba por conocer, se fijo en una mesa de madera antigua, que parecía hecha para sostener una botella azul de cristal que tenia encima, miro a través de ese vidrio brilloso como si ese objeto tuviese una finalidad escondida que nadie pareció haber indagado, un telescopio para ver en detalle la realidad angustiante de los que la rodeaban. Toda la belleza exterior se extermino desde ese lente, los rostros latentes y tan excéntricos pasaron a ser pozos vacíos y grises, los accesorios se mantenían pero ahora en calaveras, corazones desnutridos dejando rastros de sangre y almas como pequeños fantasmas divagando, tratando de encajar igual que sus dueños que las desconocen. Venas purpuras, irrecuperables las esperanzas de estos espíritus pensó ella para sus adentros, lo único tangible que tienen para rescatar es una estaca clavada en sus pechos, con un discurso grabado en el mango, son todos sueños frustrados.

Todo lo observado tampoco es magia entera de esa botella, ella ya tenia como un cuchillo afilado la capacidad de observar, forjada en su pasado porqué lo que pasa con los que nunca recibieron atención es que mantienen un asiento "vip" de parte de la vida para la tarea quisquillosa y neurótica que es analizar. No pertenecer te da perspectiva y una agridulce sabiduria.

Angustiada por la visión que descubrió dd estos desconocidos que la rodean, como pintura salpicada comenzó a aparecer en su concienciael recorrido hecho y todo el aprendizaje adquirido a lo largo de su camino. El por qué que algunos van por la vida con hombros caídos, reconocer a los que no saben amar pero se mueren por recolectar amantes, las que mantienen amistades desapegadas que existen vagamente tratando de llenar algo imposible de llenar (como la vida misma), la necesidad de ser de algunos quedando fulminados en el proceso, los que le tienen miedo al cambio, las que sufren por la calma de la cotidianidad, las madres que lastiman, las madres que dejan el dolor en sus manos con tal que no llegue a sus hijos, los padres que se avergüenzan y huyen corriendo como el agua que cae de la bañera de alguien que decidió suicidarse, las manos frías sin pulso de algunos por tanto sostener, las que defienden la preocupación como forma de amor, los que la introspección los deja vomitando, las que sintieron la humillación en la infancia y cada noche les vuelve en forma de estrangulamiento a sus los tobillos dejandolas sin avanzar.

A través de parpadeos volvió al presente, pensó para sus adentros que sentido tenia seguir expandiendo esta lista. Supo que la vida tiene tácticas para hacerte acordar de tu yo, una vereda rota que cuando llueve arma pequeños ríos, el reflejo del agua vas a ser vos si pasas mirando con atención, para que te contemples y no creas que vas ganando, las copas de alcohol que te anestesian y en un momento buscando que como arte de magia el liquido se deposite ahí te encontras con tu propia mirada, gastada como la de los alcohólicos en las películas. Estuvo ahí en esa fiesta casi de casualidad con el fin huir de todo lo que nombro y de sus miedos para terminar entendiendo el poco sentido que tiene soñar con escapar a un lugar cuando realmente quiere escapar de ella misma. Como si el destino fuese sabio te pone con espejismos para que te acuerdes con que seguis cargando.