Espíritus.

Me amigue con mis fantasmas,

camino por la casa buscando rincones oscuros,

el silencio entra por las ventanas

y se queda a dormir cada noche.

Camino por la casa y las sombras de lo que fui

se hacen visibles cada día y conversan con mi insomnio.

Me amigue con varios de mis fantasmas,

cómo si supiera que su existencia es irremediable, subjetiva, muy fina.

(como el amor que nos tuvimos)

Nunca tuve la certeza de cuántos eran, aunque no se tratara de cantidad, más bien de calidad.

Uno estaba sorprendido por ya estar pisando Abril.

Dos se amaban con locura.

Tres se incomodan pero puede llegar a ser divertido.

Cuatro son los pesos de propina.

Cinco veces pase por ese Mc Donald's en Colegiales.

Seis son las veces que volví a buscarte, y ya no estabas.

Siete es mi número favorito.

Ocho somos en casa desde que papá ya no está.

Nueve fueron las veces que te abracépor última vez.

Diez es una fecha triste.

Once es el canal donde veiamos los Simpsons los domingos.

Doce son los meses.

Trece dicen que es de la mala suerte.

Catorce tenía cuando conocí a esa chica que comenzaría este cambio,

y más de cien fueron y serán los días reales.

Ya no les tengo miedo, lo juro,

no voy a llorar por lo que fue.

Camino por la casa abriendo todas las puertas

ya sin la necesidad de esperar que estos fantasmas

tomen sus cosas y desaparezcan.

Quiero brindar por lo que fuimos,

Efímeros, Etéreos.

Me amigue con mis fantasmas

y prefiero ser espíritu ante tanta humanidad.