Me mantengo firme,
para no perder la cordura,
la poca que me queda, supongo.
Me mantengo firme, como una roca,
porque el agua me llega hasta la garganta.
¿Cómo se siente aquella homeostasis que tanto anhelo?
¿Cómo se siente la libertad?
Y mis deseos,
un cofre de anhelos,
esperanzas falsas,
guardadas ahí, por si un día se cumplen.
Poder resistir ante esto que llaman vida,
lo único que espero.
Si algún día mis pies resbalan y caigo al abismo,
recuerden que intenté quedar sin desespero,
y que en aquel abismo mi mente aguardaba
por tales esperanzas que a mí jamás dieron.
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