Que crueles que son ustedes, divinidades modernas, entre su hegemonía e inteligencia miran desde un pedestal olímpico a aquellos que intentamos acercarnos a las nubes, bajo una frase encienden nuestra hoguera y nos miran consumirnos, así como Prometeo nos la introdujo ustedes la usan a su beneficio, aca estoy luchando contra Titanes sentimientos con mis mediocres palabras y más pobres analogías, todo porque aquella que desciende de Palas con su cabellera negra enrulada como los hilos de las Moiras decidió prestarme atención lo suficiente como para hacerme odiar mi pasividad ante el asunto, “Eso le pasa a todos los mortales, no te aflijas” soltó y siguió su vida como si nunca hubiese dicho semejante propuesta, Yo? ¡Soy igual a aquel que no ve el color de la angustia! ¡ni las palabras que dicen los ojos! Yo? ¡Qué dedico mi vida a estudiar como se puede decir la verdad! Yo? ¡Que me clavaria un puñal si necesitase ir más profundo en mi! Fui puesto en la misma bolsa de aquellos que ignoran la virtud de lo divino… Heme aquí blandiendo mis dotes para explicar lo que siento en palabras como el violinista que transforma en notas la lluvia, como el tambor que convierte la ira en golpes estruendosos, Heme aquí explicándole a una diosa que es serlo, pues para ellos es lo común… voy a diseccionar tan profundo que poco de mi quedara para mi y aqui encontraras bendita Musa mas de vos de lo que podes imaginar, inmensa como la playa me invitaste a esta campaña y como buen hijo de Neptuno voy a caminar sin miedo hacia vos, sumergirme en tu mar es empaparme de mi primero, reconocerme ante la claridad de tu agua, medir mi fortaleza ante la resistencia de tus olas, atravesando eso hay paz, hay silencio y ruidos lejanos parecidos a ajenos, pero no venimos a esto querida, no, yo vine a ir hasta el fondo pero es necesario tomar aire para tal profundidad, poco a poco bajo decidido contra la gravedad de tu ser que como todo tesoro mitológico tiene sus laberintos que lo resguardan, metro a metro el aire se me escapa dejando en vos partes de mi alma que ahora no vas a poder abandonar porque una gran virtud tuya es la de contener, por contraparte tambien es tu mayor condena, eso parecia una conclusion mia pero fueron susurros del inconciente en mi oido, abrumado por el fondo perfectamente construido la linea entre lo real y tu juego era cada vez menos visible pero terco poeta soy, terco filosofo de pregunta por costumbre soy asi que urge mas, aquella oscuridad turbulenta me resultaba familiar, nosotros fuimos hechos del mismo molde, compartimos afecciones, corrompido hasta la medula por las dolencias tuyas nacio envuelto en vos mi necesidad de brindarte refugio, ¿estupido de mi querer refugiar al mar de la tormenta no?, estupido es aquel que le tiene miedo por su inmensidad cuando allí está el centro de toda posibilidad, en dos patadas recorrí lo que me costo dias pues a fuego bajo tu agua se guardó el camino en mi, sentado al borde, ahí donde termina tu furia y vuelve a vos me propuse abrazarte tan fuerte que entres en mi pecho, me propuse no darte a medias nada, ser completamente tuyo por el rato que tu visión se pose en mi, porque a aquella que sabe de juicios no se le puede ir a medias tintas, mi alma decidió enredarse en tu larga cabellera como si fuese refugio para ella, mis palabras decidieron romper toda cadena moral que até tu figura a un debo, responsable de vos y tus consecuencias mi Razon va a ser, solo así te vas a ver libre y si permitime decirlo, en mi ego está mi mayor virtud pues con claridad me deja ver mis capacidades, no hay mayor dinámica que la nuestra vos necesitas de mis rezos y yo de tu existencia, cada una constata la libertad del otro.

Facundo H. C.
Escribo buscando personas, momentos, lugares para que las palabras se encarguen de inmortalizar mis melancolías más felices.
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