Caminar y encontrarse una carta de tarot debe ser de las rarezas más raras. Y que esa carta sea "los enamorados" podría haber sido la mayor señal que ese ída podría haber recibido.
¿Alguna vez hablaron sin hablar? No necesariamente a traves del silencio. Porque, seamos honestos, el silencio es quizás una de las herramientas discursivas más poderosas: de ahí a la frase que dice que vale más que mil palabras. Me refiero a cuando hablando, sin necesariamente indicar de forma abierta lo que sentimos, lo hacemos a través de la sutileza de una palabra que se escapa y se ubica al lado de otra. Y si el entendedor es bueno, no hace falta más que un par de palabras atinadamente acomodadas en fila.
Tampoco hablo ni de ironías ni de sarcasmos. Ni de afanes pasivo-agresivos. Tan solo decir sin decir, pero diciendo.
Así fue aquella vez. No necesité que me digas nada. Dijiste la palabra. La ubicaste de forma natural, te brotó. Nadie jamás podría decir que fuiste obligado a decirla, solo lo hiciste. Y fue entre otras palabras que la abrazaron con soltura, sin producir ninguna incomodidad entre los dos. Pero lo dijiste. No podrías afirmar que no lo hiciste. Porque lo hiciste. Y no necesité más que su sola pronunciación para entender...
Los enamorados, sexto arcano mayor del tarot, suele tener olor a romance. Suele indicar algún fugaz deseo de ser un poquito más que eso que somos. Pero, ojo, que también es elegir. Los caminos parecen bifurcarse ante el deseo que todo lo quiere pero poco lo puede. ¿Y? ¿Vas a elegir?
Caminar y encontrarse una carta de tarot es de las rarezas más raras. Y que esa carta sea "los enamorados" fue la mayor señal que ese ída podría haber recibido.
Caminaba por la ancha vereda de esa avenida que desemboca en un bosque en medio de esta ciudad. De noche, muy. Y grabando un audio dije lo que quería decir "voy a confiar".
Porque dijo la palabra. Y se cerraron los caminos. Se acabaron las opciones. Solo queda confiar en que es eso lo que querés. Y que frente a eso, desde la vereda de enfrente, solo puedo confiar en que decís la verdad. Y que si no fuera así, y que si no fuese ese tu deseo, vendrías a mi y dirías que esa palabra no es tuya, que no representa en nada tu querer.
No es que esté esperandote. No es que espero que te desdigas. Solo que no hay nada que yo pueda hacer más que respetar el hecho de que de todas las palabras que podrías haber pronunciado, elegiste nombrarme así.
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