Escrito #014 - Quiero saber qué (nos) pasó

¿Qué pasó? Si recién estabas acá. Miro nuestro sillón, veo flashes. Estás, desapareces. Decime qué nos pasó, porque no puedo entender. Si anoche me dedicaste una canción. Si vimos tu película una vez más. Solo quizás si dijeras que sucedió. Solo quizás no sentiría un agujero en el centro del pecho.

Me da pena recorrer el parque y ver el banco de nuestra primera vez. La que te llevé un chocolate y me diste un beso en la mejilla. Sigo sin entender qué pasó. Vuelvo a ver flashes una y otra vez. Te veo parado en la puerta y te vas. Te veo leyendo tus notas, y no me mirás. Me da rabia entrar a la cocina y que no estés preparando cafe. Y más duele no entender dónde fue.

Quizás en nuestra primera discusión, o en la pelea que vino despues. O en alguna de las tantas veces que nos gritamos cosas que volveríamos una y otra vez lamentar. O cuando ya no me fuiste a buscar a la universidad. O cuando ya no me volviste a llamar despues de tu facultad. Me duele la cabeza de tanto pensar, y sigo sin siquiera comprender.

Me tuve que ir. Tuve que salir corriendo en medio de la noche. Tuve que irme a la estación de servicio a comprar de fumar. Tuve que perder el celular, tuve que dejar de llorar. Tuve que borrar tus fotos y desinstalar el instagram. Porque la noche de todas las noches, la noche oscura más oscura, me la diste vos. Y los flashes vuelven y vuelven. Ya no intento ni pensar.

¿Dónde estás? Me atrapa la contradicción. Hiciste polvo nuestra historia. Solo cuatro palabras. Solo cuatro. Y terminó. Solo no, solo te, solo amo, solo más.

Me tortura saber que no lo ví. Que me perdí. Que no escuché el ruido ensordecedor de tu silencio ese domingo que te fuiste sin avisar. Quise ignorar que las señales eran tan estruendosas, que preferí ser sordo a que sentir el frío de tu beso al despertar. Y aún así quiero saber dónde estás. Porque ayer estabas acá.

Y hoy, solo pregunto que pasó. Quizás de tanto preguntarme termine por comprender que el amor más grande puede tener un final. Y que un día dejaste de pensar en mi, un día mi nombre no fue el primero. Y no super ver que ya no eras feliz. Y que aunque hacía un esfuerzo enorme por sostenernos, la pared se nos vino encima. Hoy me puedo sincerar: yo también era infeliz.

Migue escribe cosas.