Escrito #007 - Ya borré tu número del celular
May 11, 2025

Allá por mis veintitantos, escribí en un doc (ya no subía a mi blog) lo siguiente:
Borré todo. Ya no puedo volver a leer nada. Ya no me torturo viendo las fotos que mandabas. Ya no hay rastros, quité todos mis likes de tus fotos. No hay más rastros, borré todas las capturas de tu chat. Borré todo.
(ajaja qué iluso)
Una semana después de haber celebrado esa liberación anticipadamente, te crucé en la calle. Subías por la escalera de algun subte. Ibas apurado como siempre, llegando tarde a todos lados.
En realidad, no te vi la cara, reconocí tu espalda. Reconocí tu absolutamente descordinada forma de caminar apretando las piernas.
En realidad no era tu espalda, pero tu pelo ondeaba igual con el viento que generaba la diferencia de presiones del abajo y del arriba.
En realidad, tampoco era tu pelo, pero era tu perfume, ese que casi me compro en un Farmacity para no olvidarme de tu olor.
En realidad, creo que no era ese perfume.
Claro... no eras vos.
(Era tu fantasma)
Estaba buscando una definición que leí de LACAN (sí, de él) sobre los fantasmas. Pero los fantasmas vinculares en los procesos de duelo. No es que Lacan se hubiera vuelto un parapsicólogo, solo que la recuerdo totalmente atinada. De cualquier forma, no la encontré. Ahora dudo si era de su autoría. Y tampoco quiero hacerle decir algo que solo pienso yo, como de hecho hacen algunos compartiendo frases ESPANTOSAS y adjudicándoselas a autores cuya prosa inspiraron al mundo entero: le han hecho decir cada huevada a Borges.
Te encuento a menudo, cuando menos lo espero, cuando menos lo quiero. Te encuentro. ¿Sabés cómo? Tu nombre. Aparece. En algún cartel, en alguna conversación ajena. Aparece tu nombre ahí y vuelvo a encontrarme con tu fantasma. Despues de tanto, después de mucho. Me mira pícara, me mira en tono de burla. Me mira y me hace sentir culpable de haberte querido borrar. Me mira y me recuerda con su sonrisa algo cínica que puede volver cuando quiera. Y tiene razón.
Vuelve de tanto en tanto cuando sin querer me topo con tu recuerdo. Cuando abro instagram y ahí estás... en la story de algún random. Sin avisarme, te vuelvo a ver. Y vuelve de tanto en tanto cuando suena esa canción que me mandaste después de no hablar por un par de noches. Y vuelve de tanto en tanto y reclama que le preste atención. Tu fantasma, a veces, se aparece en medio de una habitación repleta de amigos. Nadie te ve. Solo yo. Y charlo con todos, río, hago bromas, todos ríen. Y parezco tan feliz. Y lo soy, hoy sé que lo soy. Pero estas ahí. Parado en un costado... mirándome. Y sin darme cuenta te volvés a ir.
(Ya borré tu número del celular)
Me acuerdo de la noche que escribí eso en una nota del celu. En un rapto de bronca por no poder hacer que todo cambie, en un impulso de esos que a veces tengo, borré nuestro chat. Y borré tu número. Ya no te iba a volver a escribir nunca más (y así fue por un tiempo largo) Entré a tu perfil, no te eliminé, pero saqué todos mis likes. Entre al chat de IG, y pulvericé nuestras charlas (ahí estaba la primera) Listo. Ya te borré.
¿Por qué me dije "iluso" al comenzar el escrito?
No te borré- tu fantasma siguió conmigo por largo rato. Me borré a mi.
Quité cada rastro de nuestra historia. Y lo hice como si mañana, accidentalmente, me fuera golpear tan fuerte la cabeza que perdiera todos mis recuerdos de los últimos seis meses. De esos últimos seis meses. Y allí, en ese hipotético escenario de amnesia no hubiera ya rastro de lo que pasó. Porque mis amigos no serían tan estúpidos de recordarme de tu fugaz y caótico paso por mi vida. Porque mis redes no te mostrarían más que eventualmente en la story de algún random pero, claro, ¡No sé quién sos! Porque seguramente algo mi panza haría un ruido cuando viera tu nombre en la calle... pero jamás sabría por qué.
Pero no te borré. Me borré a mi.
Menos mal que no sucedió. Agradezco haberte conocido. Verte sin querer en alguna story de algún random duele un poquito, pero me recuerda dónde estoy. Me recuerda que ese dolor no fue en vano, me hizo crecer. Me hizo patalear, me hizo llorar con angustia, me hizo perderme momentos de los que amo... pero no fue en vano, me hizo crecer. Menos mal que no me borré.
Si por esas casualidades, vos también borraste mi número del celular, decile a mi fantasma que ya no es necesario que se te aparezca cada vez que escuches miguel. Que no es necesario que te toque la mano cuando cruces la avenida santa fe. Que te mire a los ojos cuando escuches esa canción.
Si por esas casualidades, vos también me borraste pensando que me borrabas, ojalá hayas podido conservar tu parte de la historia.
Migue escribe cosas.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión