Escrito #004 - Como si ya te estuvieras despidiendo
Abr 30, 2025

"Es como si ya te estuvieras despidiendo de algo que nunca terminó de empezar."
Una vez escribí una obra de teatro para procesar quizás una de los golpazos más fuerte que me pegué en el amor. Era 2018. Y me acuerdo que, al escribir, se supone que mi intención era hacer hablar al otro personaje: Juan. Mi "personaje" era Esteban. Y mi idea era obtener algunas respuestas en la ficción que me faltaban en la vida real. Bueno... no salió tan bien.
Mi proceso de escritura fue bastante real, es decir, no le puse mucha cabeza. Los diálogos probablemente representaban sentimientos encontrados que anidaban en mi y que encontraron en Juan y Esteban una manera de tener voz y ¿voto?
Llegando al final, los personajes finalmente se enfrentan. Esteban había estado a la defensiva toda la larga escena, con acidez y con comentarios incisivos. Juan no sabía honestamente por qué había buscado ese re-encuentro (no se veian hace 20 años y esa noche fue su reencuentro) y creo que este fragmentito representa bastante bien esa sensación:
JUAN- Basta, andate de mi casa. Listo, quería limpiar un poco mi remordimiento, pero la verdad sos insoportable. No solo no me dejaste hablar a mi nunca… si no que solo das por cierto todo lo que vos pensas.
Les dije. No terminó bien la cosa.
Recuerdo sentir mucha bronca desde Juan. Porque basicamente lo creé para escucharlo, para darle voz a esos silencios que tanto me atormentaban. Y nunca lo dejé hablar. Hoy creo que me daba miedo lo que tenía para decirme. Esteban era mi enojo conmigo mismo por no atraverme a ver a Juan a los ojos. Ha pasado mucho tiempo, y ya sin fantasmas, creo que hay algo que a veces nos pasa cuando solo aceptamos nuestras propias narrativas como válidas: "solo das por cierto todo lo que vos pensas".
¿Se puede uno ir de un lugar donde nunca estuvo?
La IA dice:
Sí, ciertamente se puede uno ir de un lugar donde nunca estuvo. El verbo "ir" significa moverse o desplazarse de un lugar a otro, y no requiere que la persona haya estado previamente en el destino. Se puede ir a cualquier lugar, ya sea conocido o desconocido, nuevo o familiar.
Se puede duelar lo que no nació también. Se puede despedir a alguien que nunca entró en cuerpo y alma a nuestra cama. Se puede, si. Y se puede escribir una obra de teatro sobre una conversación que nunca existirá entre Esteban (yo) y Juan (él). De hecho, sin spoilers (algun día la quiero presentar) la conversación dejó muchas preguntas. Me dejó con muchas incertezas. "Fue una cagada" le dije a mi psicologa hablando de ese escrito como una intervención creativa para narrarme sin narrarme, para hacer liquido lo gaseoso.
Si, bueno, como ejercicio creo que no sirvió.
Hoy pensaba, en el duelo que Esteban habrá hecho despues de esa conversación. Despedirse de algo que nunca empezó es asumir que las fantasías (las expectativas) tienen fuerza de narrativa primaria. Tienen capacidad de convertirse en lo único que podría haber pasado. Por eso se puede sentir un vacío enorme en la panza cuando sentís que te estás yendo de un lugar que pudo haber sido todo lo que querías e imaginabas, y al hacer suelo se hace vapor: lo liquido se vuelve gaseoso.
Te doy una beso de despedida, aunque nunca te di un abrazo de esos que se dan cuando ves a alguien que amas mucho llegar.
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